Los problemas de vivienda en Maine frenan una robusta economía turística

Las ventas anuales en el hotel y restaurante de 21 habitaciones aumentaron más del 500% desde que Soutiea compró la propiedad en 2018, dijo. Las reservas de este verano ya están a la par con las de los dos últimos, cuando el “gasto de venganza” discrecional de la gente estaba en auge.

Pero “la vivienda ha sido un desafío importante no solo para nuestro personal sino también para nosotros como dueños de restaurantes”, dijo Soutiea, quien emplea a unas 25 personas en la temporada baja y a 50 durante el pico de verano. El problema limita el grupo de candidatos que “pueden viajar diariamente en un tiempo razonable y que pueden trabajar todo el año”, dijo.

Hace unos tres años, Soutiea compró un edificio de cuatro unidades en el centro de Rockland para alquilarlo a empleados a precios inferiores a los del mercado. Ahora es propietario de tres propiedades con un total de 10 unidades de alquiler, ocho de las cuales están fijadas a niveles que permiten que alguien que gane el 80% o menos del ingreso medio de la zona no gaste más de un tercio de su salario en vivienda, una medida común de asequibilidad.

Cinco de sus alquileres están ocupados por empleados a tiempo completo, y otros cuatro trabajadores (tres de temporada y uno que trabaja todo el año) viven en el propio Craignair.

Soutiea dijo que convertirse en empleador-arrendador “definitivamente ha sido un factor importante en la retención del personal”. Aun así, todavía tiene suficientes trabajadores para mantener abierto el restaurante Causeway de 95 asientos del hotel cinco noches a la semana.

Shannon Dennison, de 38 años, madre de tres hijos y encargada del servicio de limpieza del hotel, ha alquilado uno de los apartamentos de dos habitaciones de Soutiea por 1.250 dólares al mes durante aproximadamente un año. Antes de eso, Dennison, que creció en la zona, había “pensado en mudarse a otro estado” cuando los costos de la vivienda aumentaron.