Gustavo Petro y su último año de gobierno: ¿realmente hubo un cambio? – Lo más destacado de 2025

Gustavo Petro lleva lentes y un país a cuestas, en medio de una encrucijada que se ha convertido en uno de los desafíos más serios de su Administración: la amenaza de Estados Unidos en el Caribe.

Nació hace 65 años en Ciénaga de Oro, un municipio de nombre mágico ubicado en el noroccidente de Colombia, en el que vivió su primera década y creó recuerdos que lo marcaron antes de que su familia se mudara a Zipaquirá, un tanto más cerca de la capital, en donde el 7 de agosto de 2022 pasó a convertirse en el primer presidente de izquierda en una nación que durante 200 años se mantuvo a la derecha.

Evita las corbatas tanto como puede y aprovecha algunos de los eventos internacionales a los que asiste como mandatario para lucir “liquiliqui”, el tipo de traje de lino caribeño que, al igual que su gestión como cabeza del partido Pacto Histórico, le ha sido criticado por la clase política a la que prometió enfrentar.

Las coyunturas que ha tenido en su Gobierno lo han situado en el panorama regional como una figura de amores y odios, un presidente de estilo hiperbólico que no le teme a llevar la contraria y que, pese a haber estado en el centro de la polémica por escándalos de corrupción que involucran a incluso exministros o personas de su círculo más cercano, no flaquea en la convicción de que el proyecto del cambio que prometió para los colombianos sea reelegido en los comicios del próximo año.

De la investidura a la inclusión en la ‘Lista Clinton’

Aunque ostenta el mayor cargo de poder, el camino de Petro no ha sido apacible.

Acariciar la Presidencia solo le fue posible en su tercer intento, luego de los fracasos en las urnas que marcaron sus candidaturas en 2010 y 2018.

Órdenes dadas por la Administración de su homólogo estadounidense, Donald Trump, como la descertificación del país en la lucha contra las drogas y la inclusión de su nombre en la llamada ‘Lista Clinton’que registra a personas y organizaciones señaladas de tener vínculos con el narcotráfico o el crimen organizado, han logrado impactar el balance de su gestión.

Para expertos como el abogado constitucionalista y analista internacional J. Mauricio Gaona, a pesar de la favorabilidad de Petro, dividida en las encuestas, y de la revisión agridulce de sus reformas sociales, las alianzas con políticos tradicionales y la implementación de mecanismos clientelares han logrado empañar la promesa con la que llegó al mando.

“Esa es tal vez una de las grandes fallas de este Gobierno. La esperanza que algunos colombianos tuvieron sobre la bandera de cambio que enarbolaba cuando inició su campaña, independientemente de cualquier elucubración política o social que uno tenga sobre cualquier gobierno en Latinoamérica, este Gobierno prometía un cambio y terminó haciendo cosas no solamente similares, sino peores. Los escándalos de corrupción en el caso de la Unidad Nacional de Gestión y Riesgo de Desastres (UNGRD) son muy conocidos y están en primera plana en todo el país, pero hay más casos relacionados con corrupción en las elecciones y corrupción en el sistema político que dejaron muy mal parada a esta Administración», resalta el profesor Gaona.

Para el estudioso, «eso trajo unas consecuencias nocivas, pues perdió su carta moral, naturalmente, se deslegitimó ante la opinión pública y también ante el Congreso y eso lo llevó a que se cayeran las alianzas estratégicas que necesitaba para pasar reformas esenciales en el Estado y produjo un descrédito y una decepción profunda en los colombianos».

Disminución del desempleo y control de la inflación

Petro, que inició su trayectoria en el sindicalismo desde la adolescencia y que, a los 17 años, se convirtió militante de la guerrilla del M-19, ha defendido los que califica como logros de su mandato, pese al despliegue de los principales medios locales que se han enfocado en poner la lupa sobre los lunares de su gestión.

En este contexto, figuran metas en materia económica, como la disminución de la tasa de desempleo que, desde su llegada a la jefatura de Estado pasó de 10,6% en agosto de 2022, cuando inició su periodo de gobierno, a 8,2% en octubre de este año.

Si bien ha sido abiertamente cuestionado por el manejo fiscal de su Administración, cifras oficiales apuntan a que, bajo su liderazgo, se ha presentado el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), en un 3,6% en el tercer trimestre de 2025, en comparación con el mismo periodo de 2024.

La estabilización de los precios de los productos de la canasta familiar, al igual que el control de la inflacióntambién son reseñados como logros de las medidas petristas.

A los ojos del abogado y analista Héctor Riveros, al dar una mirada a los problemas de carácter público, no hay verdades absolutas y, pese a que el presidente que en su momento se destacó como un perfil agudo y denunciante y estableció acuerdos con políticos tradicionales que lo apalancaron para lograr su meta de ganar las elecciones, ha tenido algunas victorias destacables.

“En el tema económico sin duda hay unos indicadores que son positivos. El crecimiento económico está por encima del promedio de los países de la región e incluso en una buena posición entre los países que pertenecen a la OCDE. Ha bajado el desempleo, en fin, ha bajado la inflación, por supuesto, frente al dólar pues tenemos una tasa más o menos estable, incluso se ha revaluado en forma que algunos economistas ya lo consideran un poco negativo para la economía. Pero cabe una pregunta: ¿Qué tanto efecto tienen las políticas gubernamentales en la gestión económica? Porque hay muchos que dicen: ‘No es que eso no es por el presidente Petro’, entonces yo creo que hay cosas que hay que reconocerle, pero hay que matizar.

Riveros cree que «hay unos temas en los cuales hay que reconocer y es que el presidente ha hecho mucho énfasis en mejorar el sector agropecuario y ahí se encuentran indicadores muy importantes y en algunos otros indicadores sociales seguramente reducción de pobreza y otros habrá que reconocer que hay una gestión que ojalá el próximo Gobierno, cualquiera sea el color político que tenga, no eche para atrás”, indicó Riveros.

Petro ante Trump: ¿provocación o audacia?

Uno de los temas más complejos que ha marcado el cierre de 2025 en cuanto a política internacional en la región latinoamericana ha sido la tensión desatada por el despliegue naval de las fuerzas de Estados Unidos en el Caribe, el respaldo de Petro al líder chavista Nicolás Maduro y las respuestas que ha dado ante las medidas de Trump.

Al respecto, desde académicos hasta expertos en política internacional coinciden en que la postura de Petro ha roto con el esquema de mesura que se acostumbra en la región y que marca la pauta de un manejo distinto en asuntos de este tipo, aunque todavía no sea claro a qué punto una mala jugada lo pueda llevar.

“Desde su posición deja a Colombia en una situación supremamente difícil y es la de entrar a no solamente a pelear con Estados Unidos, sino aliarse con un enemigo de Estados Unidos, porque no quepa ninguna duda de que, independientemente de que los demócratas capitalicen sobre el tema de las lanchas en el Mar Caribe o incluso el tiempo que Estados Unidos se quede ahí, es decir, el gasto militar y económico que representa, la posición del presidente de Colombia es una posición de conflicto, va en contra de su principal aliado, y va a tener consecuencias sobre él, sobre el sistema electoral y sobre el sistema político colombiano en los próximos meses”, afirma Gaona.

¿Qué pasó con la promesa del cambio?

Con el paso de los primeros meses ante las riendas del Gobierno, las expectativas de quienes lo respaldaron para llegar al cargo empezaron a convertirse en exigencias de mayores garantías para que se diera el cambio que tanto prometió el líder que dejó las armas desde 1990 e integró el discurso de la paz como uno de los puntos cruciales de su programa político.

Sin embargo, el estancamiento de temas como su política de ‘Paz Total’, mediante la cual convocó a actores y organizaciones ilegales y delincuenciales a establecer acuerdos para dejar de lado el conflicto, le pasaron una factura temprana y se mostraron como evidencias de las dificultades de Petro para cumplir con lo que había propuesto en su plan de Gobierno.

Justo él, quien había liderado debates históricos que pusieron sobre la mesa las consecuencias de la llamada «parapolítica», entre los años 2005 y 2009, y que había revelado el impacto de la infiltración de grupos armados ilegales en instituciones de departamentos como Antioquia y Sucre, esta vez estaba ahí, entre la espada y la pared, entre cuestionamientos y tareas pendientes que rezagaban su ritmo y dejaban claro el poco control que había logrado ante el Congresoque lograba archivar las propuestas de reforma a la Salud y Tributaria en diciembre de este año.

Sobre si estas son muestras de la forma en la que se habría desdibujado la promesa de cambio impulsada por Petro, el experto Riveros señala que el presidente había ofrecido una oportunidad de transformación sustentada en un cambio de visión social en relación con los intereses que representa el gobierno y que, en ese orden, «no hay duda de que hubo un cambio profundo».

«La gente que esperaba que hubiera un cambio en las costumbres políticas le reclama al presidente Petro. ¿Ese era el cambio? No, ese no era el cambio (…) Gobernó con una parte de esos políticos tradicionales y creo que manchó su gestión en forma importante», dice Riveros, que argumenta que la ‘Paz Total’ fracasó al reflejar la forma en la que el mandatario se acerca a la recta final de su periodo legislativo sin la firma de un acuerdo con las organizaciones criminales y con las disidencias de las FARC fortalecidas.

Interrogantes sobre el respeto por la separación de poderes y la libertad de prensa también han sido motivo de análisis si de revisar la gestión de Petro se trata, un periodo de mando en el que la amenaza de instituir una Constituyente voló en el panorama y en la que, a pocos meses de terminar su Administración, sigue latente.

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En 2026, los colombianos tendrán que decidir si mantienen a la izquierda al mando, vuelven a girar a la derecha o si la aparición de una nueva corriente logra transformar el tablero político de una nación que permanece en incertidumbre ante un panorama internacional complejo y un año electoral que promete impregnarlo todo.

*Este especial de noticias fue grabado el 18 de diciembre, cinco días antes de que el Gobierno de Petro declarara oficialmente la emergencia económica.