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Se llaman neodimio, praseodimio, cerio o disprosio y son esenciales para la economía del futuro. Las tierras raras son una serie de elementos necesarios para la producción de productos como turbinas eólicas, coches eléctricos y aviones de combate. China ha dominado el mercado mundial durante años y ahora está utilizando abiertamente este poder en la disputa comercial con Estados Unidos. Aquí cinco datos clave.
¿Qué son las tierras raras?
Un total de 17 elementos pertenecen a lo que hoy se conoce como «tierras raras». Las propiedades de cada metal difieren; se agrupan bajo este término colectivo porque suelen presentarse juntos. Cada uno de estos metales tiene propiedades que lo hacen valioso para la industria. Algunos de ellos son irremplazables.
El europio, por ejemplo, se utiliza para pantallas de televisión, el cerio para pulir vidrio y el lantano para catalizadores en motores de gasolina. Los imanes para turbinas eólicas marinas están hechos de neodimio y disprosio. Las tierras raras también se encuentran en drones, discos duros, motores eléctricos, lentes de telescopios, cohetes y aviones de combate.
¿Son realmente escasas las tierras raras?
Sí y no. Generalmente, la mayoría de las tierras raras son relativamente abundantes en la corteza terrestre. En una evaluación de 2024, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) estima las reservas globales en al menos 110 millones de toneladas, de las cuales 44 millones se encuentran en China, el mayor productor mundial. Otros 22 millones de toneladas se encuentran en Brasil, 21 millones en Vietnam, 10 millones en Rusia y 7 millones en India.
Alemania también cuenta con un gran yacimiento en el norte de Sajonia, que no se está explotando. En Europa, también existen enormes yacimientos sin explotar en Escandinavia. La pregunta crucial es si la minería es económicamente viable, ya que el esfuerzo y los consiguientes costes ambientales son elevados.
¿Qué dificulta tanto la producción?
Las tierras raras suelen encontrarse en compuestos en las capas minerales. Extraerlas en su forma más pura posible del mineral extraído es problemático. Esto requiere procesos químicos, que a menudo implican el uso de ácidos. Los procesos son complejos y tienen numerosos efectos secundarios: se producen isótopos radiactivos y aguas residuales tóxicas; las zonas que rodean las plantas de producción a menudo asemejan paisajes lunares. Los expertos consideran imposible la extracción de tierras raras en Alemania, por razones ambientales.
Dominio de China
China es, por mucho, el líder mundial del mercado de tierras raras. El país posee grandes yacimientos, pero sobre todo, gracias a enormes inversiones gubernamentales, ha construido a lo largo de los años una extensa red de refinación de materias primas. Además, China posee numerosas patentes de las tecnologías necesarias para este fin. Por lo tanto, muchos otros productores de tierras raras exportan sus productos a China tras la extracción. Y este dominio se ha convertido ahora en un medio de presión abiertamente utilizado.
Pekín respondió a los elevados aranceles del presidente estadounidense Donald Trump con restricciones a la exportación de tierras raras. Durante un tiempo, un acuerdo entre las dos mayores economías pareció inminente, pero posteriormente las autoridades chinas ampliaron las restricciones a la exportación para incluir maquinaria y tecnología para la extracción y el procesamiento de tierras raras. Este peligro se conocía desde hace años: China ya impuso una prohibición a la exportación de tierras raras en 2010, en medio de una disputa territorial con Japón. En 2019, EE. UU. se enfrentó a una amenaza similar en el contexto de las disputas comerciales del momento.
Implicaciones para otros países
Las tierras raras son un punto delicado para la industria estadounidense. Si bien Estados Unidos dominó el mercado global durante años, ahora también depende en gran medida de las importaciones. La escasez de materias primas para la industria de defensa estadounidense sería particularmente crítica. Al mismo tiempo, otras industrias en todo el mundo se ven afectadas por las restricciones chinas a las exportaciones, especialmente la industria automotriz en Alemania.
Por lo tanto, la UE también está negociando con China, y una delegación de Pekín visita Bruselas esta semana. Además de desarrollar su propia capacidad de producción y procesamiento, que se ve gravemente obstaculizada por las restricciones chinas, la UE también se centra principalmente en el reciclaje de tierras raras.
(afp/el)
