
Pocos dramas televisivos logran ser intelectualmente apasionantes y emocionalmente resonantes, pero Life on Mars sigue siendo uno de ellos. Casi dos décadas después de su debut, la serie de la BBC continúa atrayendo nuevos espectadores y actualmente tiene una puntuación perfecta del 100% en Rotten Tomatoes. La calificación refleja tanto el elogio de la crítica como el profundo afecto que el público todavía siente por el programa.
La serie sigue al detective Sam Tyler, interpretado por John Simm, quien es transportado misteriosamente de 2006 a 1973 después de un accidente automovilístico casi fatal. En este mundo desconocido de vigilancia policial dura y ética cuestionable, Sam se encuentra trabajando bajo el ardiente y descarado DCI de la vieja escuela Gene Hunt, interpretado con una arrogancia inolvidable por Philip Glenister.
Mientras Sam lucha por encontrarle sentido a lo que le ha sucedido, comienza a perder la esperanza de volver alguna vez a su antigua vida.
Sin embargo, continúa ascendiendo de rango y cambiando a quienes lo rodean, incluido un joven oficial llamado Glenn Fletcher, quien Sam sabe que algún día se convertirá en el hombre que lo guió en su propio futuro.
Aunque el programa terminó en 2007 después de sólo dos temporadas, Life on Mars sigue siendo uno de los dramas más queridos y discutidos en la historia de la televisión británica.
Su combinación de crimen, ciencia ficción, humor negro y desarrollo de personajes conmovedores dejó una huella duradera en el público que todavía espera su regreso. El cocreador Matthew Graham confirmó en 2020 que él y Ashley Pharoah habían escrito una serie de seguimiento llamada Lazarus, que habría vinculado Life on Mars con su secuela Ashes to Ashes.
Sin embargo, el proyecto fue archivado más tarde después de que la BBC decidiera no seguir adelante, alegando preocupaciones financieras.
Los fanáticos no se han rendido. «Cuatro o cinco episodios serían suficientes. La mejor televisión británica es breve y nítida», escribió un usuario de Reddit tras la cancelación.
«Reunir a todos los personajes y finalmente explicarlos todo redondearía la historia a la perfección». Otro dijo: «Es una pena que nunca lo veamos. Necesitamos ese cierre».
Otros expresaron cuán profundamente sigue resonando el programa. «Life on Mars es una de esas series que vuelvo a ver cada dos años», comentó un espectador. «Realmente quiero una dosis de Gene Hunt. Ya no hay nada igual».
Para muchas personas, parte del atractivo perdurable del programa reside en su misterio. Los espectadores todavía debaten qué le sucedió realmente a Sam Tyler y si su experiencia de viaje en el tiempo fue real, psicológica o algo completamente distinto.
Los creadores han insinuado que un capítulo final habría explorado estos temas con mayor profundidad, abarcando períodos desde la década de 1970 hasta la de 1980 y hasta una versión distorsionada de la actualidad.
«Nunca haríamos otro Marte a menos que realmente tuviéramos algo que decir y pudiéramos ir más allá de nuevo», dijo Matthew Graham a The Guardian al hablar de la secuela no realizada. Sus palabras no han hecho más que aumentar la esperanza de que algún día pueda regresar la vida en Marte.
Por ahora, la muestra es un raro ejemplo de perfección creativa, tanto en su ejecución como en su legado.
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