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José Carnero encontró en el yoga la vía de escape a su trabajo como bombero. A pesar de que no ser un deporte que le había llamado la atención en exceso anteriormente, cuando empezó a practicarlo se dio cuenta de que era lo que necesitaba: «Creo que era algo que estaba ahí para mí, está relacionado con tu forma de vivir o tu forma de ser.
«No tenía un planteamiento de mi futuro pero mi vida iba encaminada a algo así porque en aquel entonces era socorrista, sabía que me dedicaría a algo relacionado con el deporte. Odio el sedentarismo y la rutina, sabía que un trabajo de ocho todos los días con lo mismo no lo iba a aguantar», explica José Carnero.
«Soy una persona muy nerviosa, muy acelerada, muy hiperactiva»
Es una persona muy activa y este deporte le ayuda a desconectar al salir del parque de bomberos. «Soy una persona muy nerviosa, muy acelerada, muy hiperactiva.… y con el yoga encontré el equilibrio. Me elimino todos los picos de estrés que tengo tanto en el trabajo como en otros sitios», explica Jose.
«La primera vez que lo vi, con 16 años, fue en el gimnasio de mi padre y pensé que eso no era para mí», explica el bombero, y es que vio una disciplina muy calmada y pausada y el también amante del surf creyó. que no era algo para él. Pero más tarde descubrió que existía la modalidad rocket vinyasa, una quizás más movida, aunque sin perder la parte de la concentración y la importancia de la mente.
Después de la práctica del yoga vino la teoría y hace dos años se convirtió en instructor de la actividad en el centro Ashtanga Yoga Ferrol. Primero, para sustituir a una antigua profesora y ahora ya con sus propios grupos y sus clases dos veces a la semana.
El yoga en su trabajo
Cuando empezó a practicarlo, sus compañeros del cuerpo de bomberos de Ferrol se lo tomaron una broma. «Aquí en realidad me llaman ‘yogui’. Al principio todo era Mucha broma, pero luego me fueron pidiendo que les guiara. y estuve un tiempo dando clase a algunos de mis compañeros», cuenta el bombero.
Aunque ahora ya lo han normalizado y hay hasta quienes se han animado a practicarlo: «hay algún compañero que va a clases de yoga a otro lado porque conectó y quiso probarlo, parece que ya no lo ven tan raro».
Tras años de práctica, Jose ahora es instructor de yoga: «empecé con un grupito en un local social porque unos amigos que iban allí se quedaron sin profesor y me pidieron que les diera clase. Cuando me quise dar cuenta ya tenía mi propio grupo y estaba dando clase».
Una combinación profesional perfecta
«Soy una persona nerviosa y activa y (con el yoga) encontré el equilibrio», explica Carnero, que añade que «la vida al final es unir polos».
«En el trabajo hay situaciones arriesgadas, incendios arriesgados y accidentes para los que sales con mucho estrés. Entonces a mí me ayuda mucho el yoga porque me lleva a un estado de introspección y calma diaria y me hacer ser capaz de que todas esas respuestas reactivas sean más calmadas, desde la conciencia», relata este bombero.
«El yoga me elimina esos picos de estrés, la mayoría de ellos, que tengo tanto en el trabajo como en otros sitios, pero que tengo más en el trabajo», señala José Carnero.
El bombero practica yoga de forma prácticamente diaria y, si está de turno, también lo realiza en el parque de bomberos. Anima a cualquier persona a practicar yoga, tengas dolores físicos o no: «Siempre digo lo mismo: todo el mundo viene a yoga para curar algo», explica. Y es que es habitual que, quien empieza en la disciplina, lo haga porque tiene alguna dolencia en la espalda. Pero el instructor explica que es tan importante para curar lo físico como lo mental, así como mantenerse bien.
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