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Aquí en el Reino Unido amamos nuestras tradiciones navideñas. Pavo y todas las guarniciones el día de Navidad, asistir a pantomimas o conciertos de villancicos y escribir cartas a Papá Noel: todos estos son rituales enormemente populares que familias e individuos repiten año tras año.
Sin embargo, un experto ha criticado una tradición popular, calificándola de «de mal gusto». La ‘Reina de la Etiqueta’ Laura Windsor, que dirige su propia academia en Londres, ha compartido su opinión sobre algunos de los mayores ‘icks’ navideños del país. Y casi encabezando la lista están los adultos que usan pijamas navideños.
Si se desplaza por las redes sociales en cualquier momento durante la víspera de Navidad o el día de Navidad, es probable que vea al menos una foto de una pareja posando con su pijama a juego frente al árbol. Esto se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años, y los minoristas siguen fabricando juegos idénticos para toda la familia, incluso para las mascotas.
Y si esto le parece más llamativo que atractivo, no está solo. Laura, que también es experta en etiqueta del clásico de Netflix Bridgerton, no siempre es una fanática.
Ella dijo: «Combinar cualquier cosa es un poco vulgar, pero es Navidad y si mientras tanto provoca algunas risas, ¡por qué no! Siempre y cuando no estés en pijama en todo el día y te olvides de vestirte elegante para la ocasión».
Pero no es sólo este error en la vestimenta lo que puede llamar la atención en la época navideña. Hay otro mal hábito que podría considerarse muy grosero y tiene que ver con la comida festiva.
Según Laura, incluir ketchup en la cena de Navidad es un gran no. Ella explicó: «El ketchup debería guardarse para otro día. ¡Hay 364! Y para aquellos de ustedes a quienes les gusta el ketchup con el pavo o el ganso, deberían intentar sacar más. Dejen el ketchup para hamburguesas con papas fritas o una buena fritura para otro día.
«Sin mencionar que ahogar tu almuerzo de Navidad en ketchup puede implicar que crees que el cocinero necesita mejorar sus habilidades culinarias».
Y finalmente, después de haber disfrutado de esa comida festiva tan esperada, hay una cosa que nunca debes hacer: desabotonarte los pantalones en la mesa, aunque pueda resultar tentador si estás realmente lleno.
Laura dijo: «En la mesa somos más sensibles y observadores que de costumbre; comer no es una maniobra particularmente atractiva y en ningún lugar los modales, o la falta de ellos, son tan visibles como cuando se está cenando.
«Desabrocharse los pantalones no es ciertamente un gesto elegante.»
