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la evolución de los juegos en Venezuela abarca un arco temporal que va desde las dinámicas grupales y los artefactos de elaboración artesanal hasta la inmersión en plataformas digitales y el uso de dispositivos electrónicos.
- Los juegos clásicos
- La transición al mundo digital
Esta transformación, que coloca a los juegos tradicionales y a los videojuegos en un diálogo de convivencia y sucesión generacional, forma parte de la historia de los avances tecnológicos no solo en Venezuela sino en el mundo.
En el caso de los juegos tradicionales venezolanosestos se han convertido en una manifestación de la cultura popular con raíces históricas que datan de la época precolombina y de las influencias introducidas durante la colonización española.
La materia prima fundamental para su creación era la madera, aunque con el tiempo se incorporaron el plástico, metal, vidrio, porcelana y materiales sintéticos. Los niños de varias generaciones disfrutaron de juegos, cuyas características resaltaban por fomentar la interacción, la destreza física y el desarrollo de habilidades estratégicas.
Los juegos clásicos
Para los venezolanos de generaciones anteriores, los juegos clásicos estaban cargados de dinámicas de competencia y cooperación entre los niños. Además, muchos de ellos tenían un sistema de valores intrínseco a la comunidad, con un lenguaje específico.
En algunos casos, eran una manifestación de la cultura local, vinculada al uso del espacio público y al material disponible en el entorno.
“La metra o el trompo eran objetos que se podían fabricar o que tenían un valor concreto, a veces simbólico. La destreza era manual, visible y la experiencia de los adultos era la fuente de aprendizaje de las reglas”, señaló Eugenio López, venezolano de 76 años de edad, en entrevista para El Diario.
Estos son algunos de los juegos tradicionales en Venezuela:
– La perinola: consiste en una pieza de madera o plástico con forma de campana (cabeza) unida por un cordel a un mango (base). El objetivo es lanzar la cabeza al aire y, mediante un movimiento coordinado con la muñeca, lograr que encaje en el orificio superior de la base. La dificultad reside en la precisión del impulso y la tensión de la cuerda.
– El trompo: es una pieza de madera o plástico con forma semiesférica y una punta metálica. El jugador enrolla un cordel alrededor del cuerpo del objeto y lo lanza al suelo para que gire sobre su eje por el mayor tiempo posible. Existen variantes de juego que involucran golpear otros trompos o hacerlos girar en la palma de la mano.
– El yoyo: compuesto por dos discos unidos por un eje central al cual se amarra un cordel. El objetivo fundamental es lograr que el disco baje por el cordel y regrese a la mano del jugador a través de la tensión y el movimiento, ejecutando diversas figuras o trucos que requieren práctica constante.
– El gurrufío: formado por una lámina circular (de chapa, madera o plástico) con dos orificios centrales por donde se pasa un cordel. El juego consiste en enrollar la cuerda y, al estirarla y contraerla repetidamente, generar un movimiento giratorio continuo y un sonido característico.
– Las metras: son pequeñas esferas de vidrio, metal o porcelana. Se juegan en diversas modalidades, como introducirla en orificios en la tierra o derribar un grupo de estas bolas. La mecánica central es lanzar la metra para golpear y desplazar las de los jugadores oponentes con fuerza y puntería.
– El papagayo: se construye con una estructura liviana de madera o varillas y se cubre con papel de seda o tela. El objetivo es hacerlo volar y mantenerlo en el aire, al sujetarlo con una larga cuerda y aprovechar la fuerza del viento, el truco está en ajustar la tensión del hilo para controlar la altura y la trayectoria.
– El palito mantequillero: juego de escondite de un objeto pequeño (el palito) y quien lo oculta da pistas a los buscadores diciendo «caliente» (cerca) o «frío» (lejos).
– La ere paralizada: Un jugador debe perseguir y tocar a otros para paralizarlos.
– El escondite: el juego clásico de un jugador que cuenta mientras los demás se esconden y luego debe buscarlos uno a uno.
– La gallinita ciega: un participante con los ojos vendados debe atrapar e identificar a los demás durante una ronda de juego.
La práctica de estos juegos era un eje de la interacción social en plazas y calles, lo que representaba un sistema de aprendizaje social en el cual se desarrollaban el respeto por las reglas y la adaptación a la colectividad, además de ser la manera de divertirse de los más pequeños.
La transición al mundo digital
La segunda mitad del siglo XX y el inicio del siglo XXI definieron los relevos generacionales. Con la aparición del entretenimiento electrónico, fueron quedando atrás los juegos artesanales y ganaron terreno las primeras consolas de videojuegos.
A finales de la década de los ochenta, Nintendo se convirtió en un fenómeno que estableció un precedente para el consumo masivo de videojuegos, lo que dio inició a un nuevo mercado de marcas y modelos para el disfrute de las nuevas generaciones que crecieron con este formato de juego.
La dinámica del juego electrónico se distingue por sustituir la interacción directa con objetos físicos por la manipulación de una interfaz (el palanca de mando o control) que proyecta la acción en un medio visual como es la pantalla.
De esta forma, la interacción social pasó de ser principalmente presencial y en grupo a ser una actividad mediada por redes y desde el hogar. Las actividades físicas pasaron al sedentarismo, y el contacto físico se convirtió en un juego en línea con entornos virtuales multijugador.
La complejidad de los juegos se trasladó del esfuerzo manual a la velocidad de respuesta, el conocimiento de los sistemas de juego y la estrategia de ejecución en mundos simulados a través de una pantalla.
“Los videojuegos ofrecen un nivel de inmersión que atrae a todos, porque hay que avanzar al ritmo de la tecnología. No niego que conozco los juegos de mis abuelos, parecen divertidos, pero el detalle es que ya no están acordes con el mundo de hoy en día. Hay que aceptar los cambios, ahora la competencia es global, se puede jugar con personas de cualquier lugar. Esa es la cultura de ahora”, dijo Andrés Rojas, venezolano de 21 años de edad y aficionado a los videojuegos, para El Diario.
El contraste entre las eras del juego en Venezuela se hace visible en las perspectivas de distintas generaciones, que expresan las diferencias en la experiencia lúdica, la socialización e incluso la forma de ver la vida.
En ese sentido, la evolución del juego en Venezuela es una crónica de la adaptación cultural a los avances tecnológicos. Para los conservadores, la materialidad y el encuentro físico podría resultar más emocionante, mientras que para las personas consideradas modernas, el juego digital, centrado en la simulación y la conectividad, no tiene competencia.
En la mitad de ambos puntos de vista, existen quienes pueden convivir con lo tradicional y lo electrónico y disfrutar de las ventajas que da la tecnología sin olvidar los juegos clásicos que suelen fomentar valores, amistad y habilidades físicas.
