Los reguladores deben ponerse al día con el nuevo paradigma de privacidad

Los reguladores deben ponerse al día con el nuevo paradigma de privacidad


Opinión de: Agata Ferreira, profesora adjunta en la Universidad Tecnológica de Varsovia

Un nuevo consenso se está formando en todo el mundo de Web3. Durante años, la privacidad fue tratada como un problema de cumplimiento, responsabilidad para los desarrolladores y, en el mejor de los casos, una preocupación de nicho. Ahora queda claro que la privacidad es en realidad la base sobre la que se construye la libertad digital.

El anuncio de la Ethereum Foundation del Privacy Cluster, un esfuerzo interdepartamental centrado en lecturas y escrituras privadas, identidades confidenciales y pruebas de conocimiento cero, es una señal de una redefinición filosófica de lo que significan la confianza, el consenso y la verdad en la era digital, y una comprensión más profunda de que la privacidad debe integrarse en la infraestructura.

Los reguladores deberían prestar atención. Los diseños que preservan la privacidad ya no son solo experimentales; ahora son un enfoque estándar. Se están convirtiendo en el camino a seguir para los sistemas descentralizados. La pregunta es si la ley y la regulación adoptarán este cambio o permanecerán estancadas en una lógica anticuada que equipara la visibilidad con la seguridad.

De la observación compartida a la verificación compartida

Durante mucho tiempo, la gobernanza digital se ha construido sobre una lógica de visibilidad. Los sistemas eran dignos de confianza porque podían ser observados por reguladores, auditores o el público. Este modelo de «observación compartida» está detrás de todo, desde la elaboración de informes financieros hasta los exploradores de la blockchain. La transparencia era el medio para garantizar la integridad.

En los sistemas criptográficos, sin embargo, emerge un paradigma más potente: la verificación compartida. En lugar de que cada actor vea todo, las pruebas de conocimiento cero y los diseños que preservan la privacidad permiten verificar que se siguió una regla sin revelar los datos subyacentes. La verdad se convierte en algo que puedes probar, no en algo que debes exponer.

Este cambio puede parecer técnico, pero tiene profundas consecuencias. Significa que ya no necesitamos elegir entre privacidad y rendición de cuentas. Ambas pueden coexistir, integradas directamente en los sistemas en los que confiamos. Los reguladores, también, deben adaptarse a esta lógica en lugar de luchar contra ella.

La privacidad como infraestructura

La industria se está dando cuenta de lo mismo: la privacidad no es un nicho. Es infraestructura. Sin ella, la apertura de Web3 se convierte en su debilidad y la transparencia se derrumba en vigilancia.

Las arquitecturas emergentes en todos los ecosistemas demuestran que la privacidad y la modularidad finalmente están convergiendo. El Privacy Cluster de Ethereum se centra en la computación confidencial y la divulgación selectiva a nivel de contrato inteligente.

Otros van más allá, integrando la privacidad en el propio consenso de la red: mensajería no vinculable al remitente, anonimato del validador, prueba de participación privado y persistencia de datos autorreparables. Estos diseños están reconstruyendo la pila digital desde cero, alineando la privacidad, la verificabilidad y la descentralización como propiedades que se refuerzan mutuamente.

Esto no es una mejora incremental. Es una nueva forma de pensar sobre la libertad en la era de la red digital.

La política se queda atrás de la tecnología

Los enfoques regulatorios actuales aún reflejan la lógica de la observación compartida. Las tecnologías que preservan la privacidad son escudriñadas o restringidas, mientras que la visibilidad se confunde con seguridad y cumplimiento. Los desarrolladores de protocolos de privacidad se enfrentan a presión regulatoria, y los responsables políticos siguen pensando que la encriptación es un obstáculo para la observabilidad.

Esta perspectiva es anticuada y peligrosa. En un mundo donde todos están siendo observados y donde los datos se recolectan a una escala sin precedentes, se compran, se venden, se filtran y se explotan, la ausencia de privacidad es el verdadero riesgo sistémico. Socava la confianza, pone a las personas en riesgo y debilita las democracias. Por el contrario, los diseños que preservan la privacidad hacen que la integridad sea demostrable y permiten la rendición de cuentas sin exposición.

Los legisladores deben empezar a ver la privacidad como un aliado, no como un adversario: una herramienta para hacer cumplir los derechos fundamentales y restaurar la confianza en los entornos digitales.

Administración, no solo escrutinio

La próxima fase de la regulación digital debe pasar del escrutinio al apoyo. Los marcos legales y políticos deberían proteger los sistemas de código abierto que preservan la privacidad como bienes públicos críticos. La postura de administración es un deber, no una elección política.

Tal enfoque demostraría madurez regulatoria, reconociendo que las democracias resilientes y la gobernanza legítima dependen de una infraestructura que preserva la privacidad.

La arquitectura de la libertad

La iniciativa de privacidad de la Ethereum Foundation y otros nuevos diseños de red centrados en la privacidad comparten la idea de que la libertad en la era digital es un principio arquitectónico. No puede depender únicamente de promesas de buena gobernanza o supervisión; debe integrarse en los protocolos que dan forma a nuestras vidas.

Estos nuevos sistemas, los rollitos privados, las arquitecturas con estado separado y las zonas soberanas, representan la síntesis práctica de la privacidad y la modularidad. Permiten a las comunidades construir de forma independiente mientras permanecen conectadas de manera verificable, combinando así la autonomía con la rendición de cuentas.

Los responsables políticos deberían ver esto como una oportunidad para apoyar la integración directa de los derechos fundamentales en la base técnica de internet. La privacidad por diseño debería adoptarse como legalidad por diseño, una forma de hacer cumplir los derechos fundamentales a través del código, no solo a través de constituciones, cartas y convenios.

La industria de la blockchain está redefiniendo lo que significan «consenso» y «verdad», reemplazando la observación compartida por la verificación compartida, la visibilidad por la verificabilidad y la vigilancia por la soberanía. A medida que este nuevo amanecer para la privacidad toma forma, los reguladores se enfrentan a una elección: limitarla bajo los viejos marcos de control o apoyarla como el fundamento de la libertad digital y un orden digital más resiliente.

La tecnología se está preparando. Las leyes necesitan ponerse al día.

Opinión de: Agata Ferreira, profesora adjunta en la Universidad Tecnológica de Varsovia.

Este artículo tiene fines de información general y no pretende ser ni debe tomarse como asesoramiento legal o de inversión. Los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados aquí son únicamente los del autor y no reflejan ni representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.

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