
En medio de un 2025 marcado por la incertidumbre política y económica, el mercado inmobiliario de Estados Unidos se encuentra en una encrucijada histórica. ¿Es el momento perfecto para invertir antes del próximo rally? ¿O estamos ante una bomba de tiempo silenciosa inflada por tasas altas y políticas impredecibles?
Desde enero, los indicadores han comenzado a pintar un panorama mixto. El crecimiento de precios se ha desacelerado drásticamente: apenas un 2 % interanual, el menor aumento desde 2012. Mientras tanto, el inventario ha crecido ligeramente —4.4 meses de oferta— y los compradores vuelven a tener poder negociador. Solo el 28 % de las propiedades se vende por encima del precio de lista, y los descuentos se han normalizado. Esto nos habla de un mercado que ha perdido presión y que se acomoda a una nueva realidad.
Ahora bien, ¿qué sostiene todavía el interés en el sector?
La expectativa de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Con tasas hipotecarias que rondan el 6.9 %, muchos potenciales compradores están esperando una señal clara desde la FED. Y aunque las expectativas de recortes para junio se han desvanecido, crece el consenso de que podrían producirse entre septiembre y diciembre, dependiendo del comportamiento de la inflación.
Una baja de tasas podría desencadenar una nueva ola de refinanciaciones y compras, bajando las hipotecas al rango de 6.3–6.5 %. Si esto ocurre, estar posicionado desde hoy en mercados clave podría ser una jugada maestra. Comprar ahora con descuento y refinanciar más adelante sería una estrategia ganadora para inversores con capital disponible.
Pero no todo es optimismo.
El regreso de Donald Trump al poder —ya no solo como figura política sino como influyente directo sobre la economía— introduce nuevas tensiones. Por un lado, sus políticas arancelarias están elevando la inflación. Por otro, su intención de privatizar Fannie Mae y Freddie Mac podría generar un aumento inmediato en las tasas hipotecarias de hasta un punto porcentual. Y si esto ocurre, no solo se encarecerán las hipotecas nuevas, sino que los valores inmobiliarios podrían enfrentarse a correcciones inesperadas.
A esto se suma su confrontación directa con la FED. Trump no solo exige recortes urgentes de tasas, sino que ya ha anunciado públicamente su intención de destituir a Jerome Powell, presidente del banco central. Esto no solo afecta la percepción de independencia monetaria, sino que alimenta la volatilidad de los mercados.
Entonces, ¿invertir o no invertir?
La respuesta es: depende de tu perfil, de tu horizonte temporal y, sobre todo, de tu tolerancia al riesgo político.
Argumentos para invertir ahora:
- Puedes negociar mejores precios y condiciones.
- Estás comprando en un mercado con expectativas de baja futura en tasas.
- Los fundamentales de demanda siguen siendo sólidos (déficit de viviendas, migración interna hacia estados con mejores condiciones impositivas, etc.).
Argumentos para esperar:
Tasas aún altas y costos de financiamiento elevados.
Posibles impactos negativos si la FED no baja tasas o si la política fiscal aumenta el déficit sin freno.
Inestabilidad institucional por el conflicto entre Trump y la FED.
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