
La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a 12 años y medio de prisión a un hombre que ofreció dinero de manera reiterada a tres adolescentes de 12, 13 y 14 años a cambio de mantener con ellas relaciones sexuales. El hombre, que tenía entonces 50 años, llegó a ofrecer 600 euros a cada una de las niñas por “entregarle su virginidad”, según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, y que considera también probado que el condenado llegó a realizar tocamientos a una de las menores.
La sentencia señala que este hombre comenzó a acercarse a las niñas en el verano de 2017 aprovechando su situación de vulnerabilidad económica y social, y se ganó su confianza “mediante un despliegue de generosidad”: les compraba helados, les daba dinero en efectivo, les hacía regalos o las trasladaba en coche a diferentes lugares, todo ello, según el juez, con la intención de “doblegar la voluntad de las niñas para que accedieran a mantener relaciones sexuales con él”. Según la jueza, el acusado era “especialmente espléndido” con una de las víctimas, a la que “le daba dinero cada vez que esta se lo pedía, llegando a regalarle, por su 14 cumpleaños, un teléfono móvil”. Fue a ella a la que le insistió en más ocasiones en que mantuvieran relaciones, a lo que la joven siempre se negó.
La sentencia insiste en que la vulnerabilidad “tanto económica como social” de las adolescentes hacía que esos regalos fueran “muy atractivos para ellas”, por lo que eran “una forma clara de ejercer control” sobre las niñas.
Como ejemplo de esas presiones, la sentencia recoge episodios como una ocasión en que el acusado les ofreció cantidades de entre 500 y 1.000 euros por “hacer un trío”. En otra ocasión, llegó a ofrecerles 600 euros a cada una si accedían a “entregarle su virginidad”. El hombre estuvo insistiendo al menos durante un año y medio, a pesar de las reiteradas negativas de las niñas, e incluso llegó a realizar tocamientos a una de las menores cuando la llevaba en el coche, por lo que, además de por tres delitos de corrupción de menores, el juez le condena por uno de abuso sexual.
La primera en denunciar al agresor fue la menor de las tres niñas, en enero de 2019, después de que el hombre tratara de llevarla con él a su coche y la amenazara. La menor acudió a dependencias policiales acompañada por su madre, que explicó que conocían al agresor y que de forma esporádica les ayudaba económicamente. La madre relató que el condenado había llegado a decirle que “le quería comprar a su hija por 20.000 euros”. La sentencia considera que la mujer no llegó a denunciar esos hechos “por el miedo a que pensaran que, de algún modo, al admitir ella las ayudas económicas del acusado en otras ocasiones, podía haber fomentado dicho ofrecimiento”.
Las otras dos menores denunciaron al agresor en mayo de 2019, y las madres de ambas coincidieron en reconocer que tanto ellas como sus hijas habían recibido anteriormente dinero del hombre, en el que confiaban.
En sus declaraciones ante la jueza, las víctimas relataron el miedo que sentían, incluso años después de haber denunciado los hechos. Una de ellas, señala la sentencia, recurrió “al olvido como medio de superar lo acaecido”, mientras que otra “tuvo que estar tres años tras la denuncia en tratamiento psicológico para entender, aceptar y superar lo que le había ocurrido”. A la condena de 12 años y medio de prisión por los tres delitos de corrupción de menores y el de abuso sexual, se suma otra pena de 900 euros de multa por un delito de leve de amenazas contra la menor de las niñas. Una vez cumplidos los 12 años y medio de prisión, deberá cumplir también siete años de libertad vigilada. Queda también inhabilitado durante 17 años y medio para ejercer cualquier profesión que implique contacto con menores y no podrá acercarse a las víctimas a menos de 300 metros durante 10 años.
La Fiscalía pedía inicialmente por estos delitos penas que sumaban 27 años de prisión, que han sido rebajados al aplicarse la atenuante de dilaciones indebidas, ya que el proceso estuvo paralizado durante tres años por la gran acumulación de causas que sufre la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, donde se celebró el juicio en febrero de este año. Esta sección es la misma que enjuició el polémico caso de prostitución de menores en el que todos los varones acusados de haber pagado por acostarse con las chicas llegaron a un acuerdo con la Fiscalía para reconocer los hechos a cambio de una sustancial rebaja de penas que implicaba que no entrarán en prisión.
En este caso, la Audiencia estima como condiciones agravantes la gravedad de los hechos, la “abismal” diferencia de edad entre el acusado y las víctimas, la vulnerabilidad de las mismas y la “planificada estrategia” del condenado para conseguir su objetivo de tener sexo con ellas “pese a la constante negativa” de las niñas. El tribunal destaca en la sentencia la “verosimilitud, coherencia y persistencia” de los testimonios de las tres menores y descarta que ninguna de ellas pudiera tener “móviles espurios” que hagan sospechar de que su denuncia es falsa.