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El ex líder separatista catalán Carles Puigdemont desafió una orden de arresto para comparecer en una manifestación en Barcelona el jueves después de siete años de exilio autoimpuesto, antes de huir del lugar con un automóvil perteneciente a un oficial de policía regional.
En medio de una fuerte presencia policial, Puigdemont había dicho a una multitud de miles de seguidores en la capital catalana que su objetivo era revivir el impulso independentista que hundió a España en una crisis política en 2017.
“Pensaban que celebrarían mi arresto y que este castigo nos disuadiría”, dijo. “Pero se equivocan”.
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Las autoridades sospechan que, cuando terminó de hablar, Puigdemont se subió a un coche blanco perteneciente a un agente de policía y abandonó el lugar, dijo un portavoz del departamento del Interior catalán, lo que desencadenó una frenética búsqueda por parte de las autoridades.
El líder separatista catalán Carles Puigdemont habla a su regreso a España tras siete años de exilio autoimpuesto a pesar de una orden de arresto pendiente en su contra, durante un acto de bienvenida organizado por su partido, Junts per Catalunya, en el Arco de Triunfo de Barcelona, España, el 8 de agosto de 2024. (REUTERS/Lorena Sopeña)
La policía regional, conocida como Mossos d’Esquadra, dijo que dos de sus oficiales habían sido arrestados como parte de su investigación sobre el paradero de Puigdemont, incluido el propietario del automóvil.
El líder separatista, de 61 años, huyó a Bélgica hace siete años después de un fallido intento de secesión y ha estado viviendo en el exilio desde entonces.
Puigdemont se enfrenta a una orden de arresto por presunto delito de malversación de fondos relacionados con el referéndum independentista de 2017, que los tribunales españoles declararon ilegal. Según Puigdemont, la votación fue legal y, por tanto, los cargos relacionados con ella no tienen fundamento.
Un portavoz de los Mossos dijo que no hubo ningún acuerdo previo con Puigdemont para su detención y que el cuerpo había decidido que la detención debía realizarse “en el momento más adecuado para no generar desórdenes públicos”.
La aliada de Puigdemont, Laura Borrás, calificó al agente arrestado en X como “un patriota y un Mosso ejemplar”.
La búsqueda de Puigdemont creó un caos de tráfico en Barcelona y cerca de la frontera con Francia mientras la policía establecía controles de carretera y registraba maleteros de coches.
En Barcelona, varios partidarios de Puigdemont se enfrentaron a la policía en un intento de romper el cordón de seguridad que rodea el parque donde se encuentra el edificio del parlamento regional. Los agentes antidisturbios utilizaron porras y gas pimienta para disuadirlos.
ORDEN DE DETENCIÓN
En reacción a la noticia de que Puigdemont había vuelto a fugarse ante las narices de un gran despliegue policial, una fuente del Tribunal Supremo dijo que un juez había sido claro en sus instrucciones de que el expresidente catalán debía ser arrestado.
“Los Mossos saben que tienen una orden de detención… tenían la obligación de detenerlo y ponerlo a disposición judicial”, indicó la fuente.
Dos sindicatos de policía nacional también criticaron el fracaso en la detención de Puigdemont.
“¿Dónde están los Mossos? La policía mejor pagada de España incapaz de hacer su trabajo, de detener al golpista y prófugo de la justicia Puigdemont”, denuncia el sindicato policial Jusapol en X.
Dos fuentes vinculadas al gobierno catalán dijeron que habían identificado un problema con algunos Mossos rebeldes, que parecen ser leales a Puigdemont.
Un portavoz del gobierno no respondió a una solicitud de comentarios, ni tampoco el abogado de Puigdemont.
Su detención podría poner en peligro la frágil alianza del gobierno nacional liderado por los socialistas con el partido Junts de Puigdemont, del que depende para su apoyo legislativo.
El Parlamento de Cataluña confirmó el jueves por la tarde a Salvador Illa, aliado del primer ministro español Pedro Sánchez, como jefe del gobierno catalán.
“Gobernaré para todos teniendo en cuenta la pluralidad y la diversidad de Cataluña”, afirmó Illa.
Los socialistas esperan que tomar el control en Cataluña después de una década de gobierno separatista sirva para pasar página en el proceso independentista.
El parlamento español aprobó en mayo una ley de amnistía que perdona a los implicados en el fallido intento de secesión de 2017, pero el Tribunal Supremo confirmó las órdenes de arresto contra Puigdemont y otros dos que también fueron acusados de malversación de fondos, dictaminando que la ley de amnistía no se aplica a ellos.
La multitud de miles de personas que se había reunido cerca del parlamento para darle la bienvenida esperaba que su regreso ayudara a generar impulso hacia la independencia, que ha perdido apoyo en los últimos años.
“Representa el regreso de un símbolo”, dijo Xavier Vizcaíno, de 63 años, quien estaba envuelto en una bandera independentista.
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Nadie esperaba que desapareciera nuevamente.
El ex alcalde de Barcelona Xavier Trias, presente en la manifestación, se mostró maravillado por la huida de Puigdemont.
“Fue mágico”, dijo a Reuters.
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