
Ser tu propio jefe a menudo se considera el máximo sueño. La capacidad de establecer su propio horario, tomar decisiones ejecutivas y dirigir su negocio en la dirección que imagina son ciertamente aspectos atractivos del espíritu empresarial.
Sin embargo, un estudio reciente encargado por la empresa de telefonía fija virtual Air Landline sugiere que la realidad de administrar su propio negocio puede ser mucho menos glamorosa, con impactos significativos en la salud mental, las relaciones personales y la capacidad de desconectarse del trabajo.
Según la investigación, el 16% de los propietarios de pequeñas empresas sienten que están trabajando las 24 horas del día, los 7 días de la semana y este incesante sentido de obligación se ve exacerbado por la presión de responder con prontitud a los mensajes fuera de horario.
La mitad de los encuestados confesó haber respondido en 30 minutos, si no instantáneamente, a las comunicaciones recibidas fuera del horario laboral convencional.
La mayoría también atendía llamadas mientras cenaban con la familia, en el baño e incluso en los eventos escolares de sus hijos. Destacando hasta qué punto se han desdibujado las líneas entre el trabajo y la vida privada.
«Ser tu propio jefe suena fantástico en teoría, pero la realidad es que a menudo significa que estás trabajando aún más duro», dijo un representante de Air Landline. «No sólo estás administrando el negocio, estás profundamente involucrado en cada decisión, desde los pequeños detalles hasta el panorama general».
Mencionaron que, como resultado, los propietarios de pequeñas empresas a menudo se encuentran trabajando durante horas que deberían dedicar a actividades personales y esto ha significado que tres cuartas partes de los encuestados se muestran reacios a tomarse un tiempo libre y se sienten culpables si lo hacen.
Una barrera que impide a muchos establecer límites es el miedo a perderse algo: el 23% admitió que evita tomar descansos por esta misma razón. En general, un importante 20% reveló que no había disfrutado de unas vacaciones en más de cinco años, mientras que un 13% se siente agotado física o mentalmente todos los días.
Más de dos quintas partes de los encuestados admitieron que su incapacidad para desconectarse ha afectado negativamente sus relaciones con amigos o familiares. Sin embargo, hay un rayo de esperanza, ya que el 60% cree que modificar sus hábitos laborales podría mejorar su bienestar general.
Las soluciones propuestas incluyen establecer horarios fijos de comunicación, subcontratar tareas y adoptar herramientas para gestionar mejor las cargas de trabajo.