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Elvis Presley, que habría cumplido 90 años esta semana, logró mucho éxito en su vida pero lamentablemente luchó contra una adicción a los medicamentos recetados, lo que contribuyó a su prematura muerte a los 42 años.
Con su fama mundial, el Rey del Rock and Roll orquestó una reunión con el presidente Richard Nixon en la Oficina Oval de la Casa Blanca en la Navidad de 1970, donde le hizo un regalo increíblemente peligroso.
Siete años después, la estrella telefonearía al presidente Jimmy Carter en las últimas semanas de su vida, cuando se encontraba en mucho peor estado.
Carter, cuyo funeral de estado se celebra hoy en Washington DC, dijo más tarde: “Cuando fui elegido presidente por primera vez, recibí una llamada de Elvis Presley. Estaba totalmente drogado y no sabía lo que decía. Sus frases eran casi incoherentes”.
La llamada telefónica se produjo en el verano de 1977, poco antes de que el Rey muriera el 16 de agosto. Elvis estaba tomando barbitúricos y había llamado a la Casa Blanca desde su casa en Graceland para pedir un perdón presidencial para un sheriff que sabía que estaba teniendo problemas legales.
Según The New York Times, Carter recordó: “Hablé con él durante mucho tiempo y finalmente le saqué eso”. El presidente se encontró tratando de “sacar a Presley de sus delirios paranoicos; calmando sus temores de que fuerzas siniestras lo estaban ‘siguiendo’ y que su amigo estaba siendo incriminado”.
Carter, que fue el primer ex presidente de Estados Unidos que vivió hasta los 100 años, añadió: “Le pregunté cuál era la sentencia del sheriff y me dijo que aún no había sido juzgado ante un tribunal. Bueno, dije: ‘Elvis, no puedo considerar un indulto hasta después de un juicio y una sentencia y todo’. No creo que él entendiera eso”. Elvis continuó llamando a la Casa Blanca con la misma intensidad hasta su muerte, pero el Presidente nunca volvió a hablar con él después de ese intercambio telefónico.
