Mientras Donald Trump Jr. realizaba una visita sorpresa a Groenlandia esta semana, la retórica del presidente electo Donald Trump se está volviendo más seria sobre la compra del territorio ártico de Dinamarca.
El presidente electo no descartó el uso de la coerción militar para hacerse con el control de Groenlandia en una conferencia de prensa en Mar-a-Lago el martes. «No, no puedo asegurarles ninguna de esas dos cosas», dijo Trump, cuando se le preguntó si descartaría utilizar la coerción militar o económica para hacerse con el control de Groenlandia. «Lo necesitamos para la seguridad nacional. Eso es para el mundo libre. Estoy hablando de proteger al mundo libre», continuó.
Mientras tanto, los líderes de Dinamarca siguen firmes en que el territorio ártico no está en venta. «Tenemos un claro interés en que sea Estados Unidos el que desempeñe un papel importante y no Rusia u otros países. Pero Groenlandia es para el pueblo groenlandés», dijo el martes a la prensa la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.
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Los groenlandeses votarán a finales de este año si quieren seguir siendo parte de Dinamarca o no. La isla estratégica se encuentra en una encrucijada territorial, mientras Estados Unidos, China y Rusia compiten por controlar la región del Ártico que se está derritiendo.
Dinamarca y, por tanto, Groenlandia son aliados de la OTAN. El artículo 5 de la Carta de la OTAN establece que cualquier ataque militar contra un aliado de la OTAN requiere una respuesta militar del resto de la alianza.
«No creo que sea útil hablar de las implicaciones del Artículo cinco porque Estados Unidos en realidad no va a usar la fuerza contra un aliado de la OTAN. Hay muchas razones por las que eso nunca sucedería». dijo a Fox News Ian Bremmer, fundador y presidente de Eurasia Group.
«No es que no se tome en serio lo que dice el presidente, porque el hecho de que esté haciendo estas amenazas cambia en qué medida los aliados estadounidenses sienten que pueden contar con Estados Unidos en el futuro… socava la influencia que Estados Unidos tiene en en términos del Estado de derecho internacional, nos acerca a la ley de la selva», continuó Bremmer.
Trump comenzó a hablar de comprar Groenlandia en 2019 porque tiene aproximadamente una cuarta parte de los minerales de tierras raras del mundo, necesarios para todos los productos electrónicos, la fabricación de semiconductores, la industria de defensa y la nueva economía de energía limpia.
Sherri Goodman, quien fue la primera subsecretaria de Defensa para la Seguridad Ambiental del Pentágono en la década de 1990, escribió recientemente un libro sobre las consecuencias estratégicas y de seguridad nacional del cambio climático titulado «Multiplicador de amenazas: clima, liderazgo militar y la lucha por la seguridad global». «
Goodman ha visto de primera mano lo importante que es Groenlandia para el ejército estadounidense.
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«Hace mucho que tenemos una base militar en el norte de Groenlandia para rastrear los misiles o satélites entrantes de los antiguos soviéticos y ahora rusos. Y debido al cambio climático, la navegación alrededor de Groenlandia y los viajes a Groenlandia se están volviendo más accesibles», dijo Goodman.
El entonces presidente Harry Truman quería comprar Groenlandia después de la Segunda Guerra Mundial para excluir a los soviéticos del Ártico. Durante la Guerra Fría, la región ártica era la ruta más directa para un intercambio nuclear estratégico entre Estados Unidos y la URSS utilizando bombarderos de largo alcance y misiles balísticos. La brecha GIUK, al este de Groenlandia, es un enorme punto de acceso para las operaciones de Rusia en el Océano Atlántico. Groenlandia se convirtió en un lugar clave para las redes de alerta temprana y hoy alberga la instalación militar estadounidense más septentrional, la Base de la Fuerza Espacial Pituffik, que alberga una parte sustancial de los sensores de alerta de misiles y de vigilancia espacial de la red global.
Las ambiciones de China en el Ártico han aumentado en los últimos años. En 2018, China presentó planes para construir infraestructura y desarrollar rutas marítimas abiertas por el cambio climático. Empresas estatales han presentado ofertas para comprar tierras tanto en Islandia como en Groenlandia, hasta ahora sin suerte.
Las temperaturas están aumentando en el Ártico cuatro veces más rápido que en el resto del mundo, lo que hace más accesible el acceso a los minerales de tierras raras que contiene.
«En esta carrera por recursos, Estados Unidos, la OTAN y sus aliados quieren asegurarse de que China y Rusia no accedan a ellos. China tiene un historial de utilizar la ciencia y la investigación sustitutas como una manera de obtener acceso y aprender sobre territorios en el Ártico», dijo Goodman.
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A la subsecretaria de prensa del Pentágono, Sabrina Singh, se le preguntó sobre Groenlandia en una sesión informativa del Departamento de Defensa el miércoles. «Ciertamente no voy a entrar en hipótesis. Creo que eso corresponde a la administración entrante hablar con él», dijo Singh.
El secretario de Estado, Antony Blinken, respondió a una pregunta sobre Groenlandia en una conferencia de prensa en París el miércoles. «La idea expresada sobre Groenlandia obviamente no es buena. Pero quizás lo más importante es que obviamente no va a suceder. Así que probablemente no deberíamos perder mucho tiempo hablando de ello», dijo Blinken.