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Boeing dijo el viernes que había alcanzado varios objetivos internos en materia de seguridad y control de calidad a pesar de una serie de accidentes mortales, casi catástrofes e incidentes vergonzosos que han provocado que el precio de sus acciones se desplome y que aerolíneas de todo el mundo retiren algunos de sus aviones.
La compañía dijo en un comunicado de prensa que había realizado mejoras «en múltiples áreas, incluida la cultura de seguridad, la capacitación, la simplificación de sus procesos y la eliminación de defectos».
El anuncio se produce menos de una semana después del último accidente mortal que involucró a uno de sus aviones. En el peor desastre aéreo en la historia de Corea del Sur, 179 personas murieron cuando un Boeing 737-800 aterrizó y se salió de la pista del Aeropuerto Internacional de Muan.
Aun así, en una sección titulada ‘Elevar la cultura de seguridad y calidad’, Boeing dijo que ha «abordado más del 70% de los elementos de acción en la producción de aviones comerciales basándose en los comentarios de los empleados» e implementado criterios clave «en todo el ensamblaje final de los 737, 787 y partes de 767 y 777” para “mitigar el riesgo”.
Sin embargo, ha sido un año difícil para la compañía que, junto con la europea Airbus, ejerce un virtual duopolio sobre el mercado de las aerolíneas. A principios de 2024, un panel crucial del fuselaje de un avión de Alaska Airlines explotó, su mayor sindicato dejó de producir aviones y problemas con su cápsula espacial Starliner dejaron a dos astronautas varados en órbita.
Estos incidentes se produjeron después de varios accidentes fatales que involucraron aviones Boeing en los últimos años, incluidos aviones Boeing operados por Lion Air de Indonesia y Etopian Airlines, que llevaron a que diversas autoridades de aviación emitieran órdenes de inmovilización contra aviones Boeing específicos.
Todo eso se ha combinado para quitar casi un tercio del valor del precio de sus acciones desde finales de 2023.
Durante el difícil 2024 de Boeing, los denunciantes dentro de la compañía presentaron quejas sobre procesos internos caóticos en la producción de sus aviones 737 y 787.
Se descubrió que uno de esos denunciantes, John Barnett, había muerto a causa de una herida de bala autoinfligida a los 62 años. Después de su muerte, su familia dijo que sus intentos de resaltar preocupaciones serias se toparon con “una cultura de ocultamiento” que valoraba “las ganancias”. por encima de la seguridad”.
Desde entonces, la compañía ha cambiado de director ejecutivo y el nuevo director ejecutivo, Robert “Kelly” Ortberg, ha emprendido un plan de recuperación masivo desde que asumió el cargo en agosto. En una carta a los empleados en octubre, destacó la necesidad de un “cambio cultural fundamental”, yendo más allá que sus recientes predecesores al reconocer el daño a la reputación de Boeing.
«Este es un gran barco que tardará algún tiempo en girar, pero cuando lo haga, tendrá la capacidad de volver a ser grande», dijo Ortberg en la carta, según Reuters.
Pero apenas dos meses después, en octubre, la Administración Federal de Aviación dijo que abriría una revisión de tres meses del cumplimiento de Boeing con las normas de seguridad como parte de su escrutinio intensificado de las operaciones de la compañía.
Cuando Lester Holt de NBC News le preguntó si Boeing era demasiado grande para fracasar, el administrador de la FAA, Michael Whitaker, dijo el mes pasado que la compañía había fracasado “y están pasando por un reinicio bastante sustancial. Tienen los recursos para hacer este reinicio y reconstruir de una manera mucho más segura y de mayor calidad”.
Pero el comunicado de prensa de Boeing destaca la inversión de la compañía en capacitación de la fuerza laboral, con «capacitación reforzada para mecánicos e inspectores de calidad con un sistema de apoyo mejorado», además de agregar «cientos de horas de nuevo plan de estudios a los programas de capacitación» que incluyen «competencia en calidad» y «Cultura de seguridad positiva».
Además, Boeing dijo que está tratando de simplificar sus procesos, destacando específicamente los planes de instalación de su línea de producción del 737, así como “eliminar defectos”. Se mencionó el avión 737 cuando la compañía dijo que su operación con Spirit AeroSystems había «reducido significativamente los defectos» en el ensamblaje de los fuselajes de los aviones al aumentar los puntos de inspección. Boeing dijo que también había «implementado plenamente» nuevos procedimientos en torno al ensamblaje final de sus aviones 737 y 787 que rastrean y aseguran las piezas «para evitar pérdidas o uso inadecuado».
El momento de la declaración de Boeing no pasará desapercibido para muchos en la industria aeroespacial. El comunicado en sí menciona tanto la huelga de 53 días como el incidente de Alaska Airlines que inició el terrible año de la compañía.
El domingo se cumple el primer aniversario de la casi catástrofe a bordo del vuelo 1282 de Alaska Airlines y la compañía probablemente estará dispuesta a mostrar su progreso en el año posterior.
