
con una pala

Empieza un nuevo año y los augurios de paz y prosperidad encabezan la lista de deseos de la mayoría. Sin embargo, para Baba Vanga, el horizonte de 2026 no ofrece consuelo, sino una advertencia letal que pone en jaque la estabilidad del mundo tal como lo conocemos.
Por La Nación
La ‘Nostradamus de los Balcanes’, cuya leyenda la posicionó como la vidente más influyente del siglo XX, vuelve a acaparar titulares ante la llegada de un ciclo cargado de incertidumbre. A pesar de haber fallecido hace casi tres décadas, su figura resurge cada vez que el calendario se aproxima a los hitos que ella misma habría visualizado en sus trances.
Bajo esta mirada sombría, el 2026 se perfila como el epicentro de un conflicto europeo sin precedentes: una crisis que no solo devastaría infraestructuras, sino que reduciría drásticamente la población del continente. A raíz de esto es que sus seguidores advierten sobre una reacción en cadena de hambrunas y escasez de recursos que paralizarían al planeta.
La conexión entre la profecía y la actualidad es concreta. Mientras Alemania avanza en su proceso electoral, el crecimiento de la ultraderecha volvió al centro del debate discursos nacionalistas que no se veían desde la Segunda Guerra Mundial. Este panorama político le da un peso real a los vaticinios de Vanga, por lo que sugiere que la inestabilidad que ella predijo para 2026 ya está comenzando a manifestarse en las tensiones políticas actuales del continente.
Otro de los puntos más impactantes es el que señala el fin del liderazgo de Vladímir Putin. Según las interpretaciones de los textos de la mística, el mandatario ruso podría enfrentar su salida del poder en el transcurso del próximo año. Esta predicción coincide con un periodo de alta presión internacional y desgaste interno debido a la prolongación del conflicto en Ucrania.
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