Voces útiles: Cómo Maduro explota el debate de Estados Unidos sobre Venezuela

Voces útiles: Cómo Maduro explota el debate de Estados Unidos sobre Venezuela

El 1 de septiembre, en una conferencia de prensa internacional convocada en respuesta a las amenazas del gobierno estadounidense, Nicolás Maduro declaró: “La mafia de Miami se ha apoderado del poder político en la Casa Blanca y el Departamento de Estado; han impuesto su visión extremista miamicéntrica y han ‘miamizizado’ la política exterior estadounidense hacia toda América Latina y el Caribe; porque amenazar a Venezuela es amenazar a todo el continente”.

Esta declaración encaja con un guión distribuido a través de Siscom, el sistema de mensajería utilizado por el Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela para enviar órdenes a medios y activistas digitales. “La maniobra belicista estadounidense es impulsada por sectores extremistas del sur de Florida, que representan menos del 10% de la población estadounidense, que buscan imponer su agenda a todo el país, ignorando a las mayorías que se oponen a las guerras y quieren que el gobierno se centre en los problemas internos”, se lee en un párrafo del documento.

La Hora de Venezuela obtuvo varios de estos guiones, distribuidos entre marzo y septiembre de 2025 a 40.000 usuarios que participan en más de 600 grupos de Siscom. Los mensajes principales: toda la nación se alista como si fuera Vietnam, mientras al mismo tiempo reina una atmósfera de calma y normalidad. Pero los guiones también pretenden influir en el discurso público en Estados Unidos, contrastando el “lobby de Miami” con America First y MAGA, enmarcando una escalada militar contra Venezuela como un costo inútil frente a sus problemas internos.

El aparato de propaganda toma frases de políticos, analistas y medios de comunicación estadounidenses y las amplifica para validar sus narrativas de propaganda y desinformación.

El 3 de diciembre de 2025, el representante demócrata Jim McGovern anunció que presentaría una resolución para forzar una votación en el Congreso contra las “escaladas locas” de la administración Trump contra Venezuela. «Nadie, excepto el presidente y sus aliados multimillonarios, quiere esta guerra», afirmó McGovern.

Unas horas más tarde, Madelein García, periodista de Telesur –el canal de propaganda internacional dependiente del Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela– citó y tradujo el post de McGovern. No fue necesario que periodistas, medios o comunicadores aliados a su gobierno afirmaran que Washington estaba dividido: bastaba con amplificar el mensaje de un congresista que hablaba desde dentro del sistema político estadounidense, evitando el sonido de la propaganda.

En general, la declaración de McGovern se hizo eco de los puntos de conversación incluidos en un manual operativo en formato de presentación de diapositivas que había circulado meses antes a través de Siscom, el 29 de agosto, por Johannyl Rodríguez, viceministro de Comunicación e Información de Venezuela. La página 7 de ese guión incluye, por ejemplo, frases como “Rubio no habla por el MAGA; habla por los lobbys de la guerra” y “Su agenda no responde al movimiento popular que respaldó a Trump, sino a las corporaciones militares y a las minorías extremistas”.

La cita de García sobre McGovern sirvió como validación externa de las narrativas que la administración de Maduro está tratando de posicionar. No había necesidad de que periodistas, medios o comunicadores comprensivos hablaran de las divisiones en Washington sobre Venezuela: amplificar a un legislador demócrata desde dentro del sistema político estadounidense fue suficiente para que el encuadre pareciera menos propaganda oficial.

Días antes, el 29 de noviembre de 2025, el senador demócrata Chuck Schumer también había cuestionado la política hacia Venezuela, argumentando que no se alineaba con el principio “Estados Unidos primero”, en alusión al gasto innecesario de recursos y prioridades internas.

El argumento de Schumer también resonó con ideas ya expuestas en la presentación del 29 de agosto: la división entre América primero y la guerra, y el costo de la escalada para los ciudadanos comunes. Entre las líneas del guión enviado por el funcionario del Ministerio de Comunicaciones de Maduro se incluyen líneas como: “Trump prometió priorizar los intereses estadounidenses sobre las aventuras militares”, “La guerra empobrece a la gente: se pierden billones de dólares en conflictos extranjeros mientras la pobreza, la inflación y la crisis inmobiliaria persisten en casa” y “¿Por qué financiar intervenciones en todo el mundo cuando millones de ciudadanos tienen dos o tres empleos solo para sobrevivir?”

Venezuela News, un portavoz “no oficial” de la propaganda pro Maduro –y frecuente amplificador de la desinformación– informó que las declaraciones de Schumer son una prueba más de que figuras del liderazgo demócrata están cuestionando la coherencia y legitimidad de una escalada contra Venezuela.

El 2 de septiembre, Juan González, exdirector para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional durante la administración Biden, cuestionó la lógica del despliegue militar en el Caribe: “¿Entonces el gobierno de Estados Unidos está utilizando información falsa para justificar una designación terrorista y luego gastando al menos 7 millones de dólares al día para que un grupo de ataque de portaaviones mate a 11 traficantes…?” Días después, la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) lo convirtió en titular (“Exasesor de Biden denuncia información falsa y despilfarro millonario”). El comentario de González también fue reportado por Venezuela News y Globovisión.

Una vez más, el encuadre fue perfecto para amplificar las narrativas del guión, sin necesidad de fabricar el mensaje a través del aparato propagandístico de Maduro.

Creando discordia entre Maga y Rubio

Junto a las narrativas sobre América primero y el uso innecesario de recursos públicos estadounidenses, los guiones distribuidos por Siscom también trazan otra línea divisoria: retratar la política estadounidense hacia Venezuela como resultado de una fractura interna, en la que una minoría –asociada con el Secretario de Estado Marco Rubio y varios políticos cubanos de Florida– arrastra al país a una escalada no deseada por el resto de la población.

Estas directrices pretenden intervenir en la conversación pública estadounidense desde dentro, buscando sembrar discordia amplificando las tensiones preexistentes entre el movimiento MAGA (Make America Great Again) y partes del aparato político de Washington.

El mismo guión enviado por Siscom el 29 de agosto, por ejemplo, define pautas de puesta en escena para contenido que incluya “material breve y directo que conecte con la audiencia MAGA”. Otra sección presenta “frases de impacto” como “Rubio no habla en nombre del MAGA; habla en nombre de los lobbys de guerra”, “Trump defiende a Estados Unidos primero; Rubio antepone sus intereses” o “Florida no puede imponer una guerra en América Latina al resto de Estados Unidos”.

Extra News Mundo, otra fuente “no oficial” de propaganda venezolana, y “Unleash Dracarys” (seudónimo utilizado por Dayra Rivas, directora de Medios Digitales del Ministerio de Información), publicaron un video para multiplicar la reacción de la activista de derecha Laura Loomer -que se opone a la acción militar en Venezuela- ante una entrevista a la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar, partidaria de Machado. El video reitera el tropo “MAGA vs. Florida” recomendado en el guión de Siscom: los políticos cubanos en Florida están tratando de imponer una guerra a Trump.

todos estan felices

Respecto al argumento de “todo está bien en Venezuela y nadie le teme a Trump”, la propaganda de Maduro aprovechó un ensayo fotográfico del 4 de diciembre en The New York Times, que comienza con un video de un grupo de residentes de Caracas bailando salsa en un club nocturno y muestra escenas de conciertos, juegos de béisbol y celebraciones navideñas en un país aparentemente en paz. Al mismo tiempo, el artículo advierte que la vigilancia de las fuerzas de seguridad ha sofocado las expresiones abiertas de disidencia y concluye con una pregunta: si realmente se puede creer en esta tranquilidad.

Una versión resumida del artículo, publicada en la cuenta de Instagram del New York Times, recibió más de mil comentarios, al menos la mitad de los cuales fueron negativos o despectivos. El carrusel se abrió con el mismo video de venezolanos bailando salsa, pero el punto final del informe –la cuestión de si esta calma es real– quedó relegado a un segundo plano. Su tono de celebración resonó con varias piezas de propaganda tranquilizadora que comenzaron a aparecer con mayor frecuencia.

Desde mediados de noviembre, al menos cinco videos de venezolanos bailando y celebrando fueron compartidos a través del canal oficial de Telegram de Nicolás Maduro. En uno de ellos se vio a Maduro bailando y convocando a una fiesta todos los días de la semana. Todo este contenido fue amplificado masiva y coordinadamente por medios estatales y redes de activistas digitales, en línea con el Método Calle, Redes, Medios, Muros y Boca a Boca firmado por Maduro, que define de manera amplia la operación informativa del gobierno.

Ese mismo enfoque también aparece establecido como línea operativa en otro manual distribuido a través de Siscom. En una presentación enviada el 26 de agosto, antes del lanzamiento de la campaña #YoMeAlisto, explica: “La guerra psicológica se derrota con imágenes de paz, disciplina y normalidad” y “Nuestra respuesta es demostrar que el país no se detiene, que sigue produciendo, trabajando y avanzando”.

Aún más explícita fue la explotación de otro artículo del New York Times, publicado el 26 de noviembre de 2025, que recopiló críticas de exdiplomáticos, expertos y figuras de la oposición a declaraciones atribuidas a María Corina Machado. El artículo advierte que, en medio del despliegue militar de la administración Trump en el Caribe, algunas voces temen que se estén exagerando o difundiendo afirmaciones falsas para justificar la intervención, y menciona “afirmaciones desacreditadas” sobre temas de narcotráfico y seguridad.

El informe también se hizo eco de líneas propagandísticas incluidas en guiones gubernamentales que presentan la “guerra contra las drogas” como un pretexto para continuar la escalada y la militarización del Caribe. En el guión enviado el 29 de agosto, por ejemplo, una línea parece particularmente clara: “El Cartel de los Soles es una invención mediática para justificar la agresión”, junto con otras que sostienen que Estados Unidos utiliza este marco para promover un cambio de régimen y ampliar su presencia en la región.

Una red de creadores de vídeos de propaganda se apoderó rápidamente de capturas de pantalla de ese artículo del New York Times. La campaña intentó reforzar una línea ya presente en los documentos del Siscom: desacreditar a María Corina Machado, presentándola como una fuente de desinformación que empuja a Estados Unidos a la intervención. Un corolario oportuno a los más de 80 bulos e incidentes de desinformación dirigidos contra Machado desde el aparato comunicacional de Maduro en 2024 y 2025.

El periodismo en Venezuela opera en un ambiente hostil para la prensa, con decenas de instrumentos legales diseñados para castigar la expresión, como las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido fue elaborado por periodistas que se encuentran en Venezuela y se publica con plena conciencia de las amenazas y limitaciones que, como resultado, se han impuesto a la difusión de información desde el interior del país.

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