
Gerard Pique responde ante la justicia de España por posibles irregularidades en las comisiones del acuerdo entre la Real Federación Española de Fútbol y la agencia saudí SELA para que la Supercopa se jugara en Arabia Saudita, proceso que incluye, entre otros, al expresidente de la RFEF, Luis Rubiales.
La empresa Kosmos, de propiedad del ex jugador, factura 4 millones de euros anuales de comisión por haber facilitado dicho acuerdo, lo cual salió a la luz cuando el primer acudió a Rubiales para cobrar la deuda, aunque, según dijo, la Federación estaba totalmente al margen.
Rompió en llanto y pidió una estatua
Y en su declaración del pasado 15 de marzo, según la filtración de El Periódico, rompió a llorar cuando hizo su alegato final ante la jueza Delia Rodrigo.
“Llevamos tres años… A nivel de la prensa, de todo este proceso, no podéis llegaros a imaginar lo que afecta el salir tu nombre constantemente en algo que… Es que en cualquier otro país del mundo, o sea, y no quiero ponerme medallas, te pondrían una estatua, pero es que es una aportación de valor muy grande”, dijo.
Lejos de sentirse arrepentido, afirmó que está orgulloso de la nueva imagen que logró la competencia gracias a su gestión: «Nosotros somos pieza fundamental de que esto sucediera y estoy muy orgulloso de que hemos traído el contrato más grande de la historia de la Federación Española… Estamos hablando que la Federación más o menos ganaba unos 150.000 euros al año por organizar la Supercopa de España en España y trajimos 400 millones en 10 años, son 400 millones. No puedo estar más orgulloso».
Incluso protestó por la filtración de las 15 facturas de SELA que presentó como prueba en el juzgado: “Y me sorprende que aún a día de hoy, tres años después, se siga día tras día filtrando cosas en este procedimiento que yo creo que es una falta de respeto, pero al final, ayer mismo aportamos distintos documentos y se filtran al cabo de las horas y empieza otra vez con el ruido”, lamentó.
En medio del llanto concluyó: «Al final esto acabará y espero que se archive lo antes posible, pero nadie va a pagar al final por el daño reputacional, de imagen…».