
Las crecientes tensiones entre Estados Unidos y Venezuela llevaron a un debate en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas este 23 de diciembre, donde ambas partes se acusaron mutuamente de violar el derecho internacional y poner en riesgo la paz en la región. Aunque ambos países se señalaron y acusaron, varias delegaciones del mundo coincidieron en la urgencia de desescalar el conflicto, evitar el uso de la fuerza y apostar por el diálogo conforme a la Carta de la ONU.
EE UU abrió su intervención reiterando que no reconoce a Nicolás Maduro como presidente legítimo y calificándolo como “líder de la organización terrorista extranjera Cártel de los Soles”. Asimismo indicó que Nicolás Maduro constituye “la mayor amenaza para la estabilidad y la paz del hemisferio occidental”.
Su representante sostuvo que Washington “utilizará todo su poder para erradicar los carteles de la droga que han operado con impunidad en el hemisferio” y defendió sanciones y operaciones en aguas internacionales como mecanismos para proteger la seguridad regional.
En contraste, Venezuela denunció que enfrenta “la mayor extorsión conocida en su historia”, al ser -según dijo Samuel Moncada, representante permanente del país ante la ONU- amenazada con un ataque armado si no entrega “sus tierras, su petróleo y sus minerales”.
Caracas calificó las acciones estadounidenses como un “crimen de agresión en desarrollo”, denunció asesinatos de civiles en alta mar y aseguró que “no existe ningún conflicto armado en el Caribe que justifique el uso de la fuerza”. No obstante, advirtió que ejercerá su derecho a la legítima defensa si continúan los ataques.
Llamados a la moderación y al diálogo
Sierra Leona fue una de las delegaciones enfáticas en reclamar contención. Recordó que los Estados de América Latina y el Caribe han optado históricamente por “la moderación y la solución de diferencias mediante el diálogo” e instó a “evitar medidas que aumenten la tensión o generen malentendidos”.
“El sistema de seguridad colectiva solo es eficaz si se respetan principios como la igualdad soberana, la solución pacífica de controversias y la prohibición de la amenaza o el uso de la fuerza”, afirmó el representante de ese país.
También advirtió que los incidentes marítimos con pérdida de vidas humanas “requieren aclaraciones legales” y pidió “calma, moderación y diplomacia” para evitar errores de cálculo y escaladas.
Panamá coincidió en la necesidad de frenar la confrontación y expresó preocupación por los recientes incidentes en el mar Caribe y el océano Pacífico. “Toda acción debe realizarse en estricto apego a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional”, señaló su delegación, al tiempo que hizo un llamado a “una salida pacífica y sostenible en Venezuela” y respaldó el despliegue de mecanismos de diplomacia preventiva por parte del secretario general.
No obstante, este país pidió coordinar y fortalecer esfuerzos de cooperación “para redoblar la lucha contra el crimen organizado transnacional, incluido el tráfico de drogas”. También rechazó “categóricamente todo régimen autoritario”.
China rechazó el aumento del despliegue militar, las sanciones y los bloqueos contra Venezuela, y llamó directamente a Washington a “detener sus acciones, evitar el recrudecimiento de las tensiones y respetar la soberanía y los intereses legítimos de los países de la región”. El representante chino subrayó que “la distensión es indispensable para preservar la paz y la estabilidad en América Latina y el Caribe”.
Seguridad regional, pero sin uso de la fuerza
El Reino Unido cuestionó la legitimidad de Maduro y denunció el deterioro democrático y de derechos humanos en Venezuela, también reiteró su apego a las normas multilaterales. “Seguimos comprometidos con una transición pacífica y negociada”, afirmó su representante, al tiempo que defendió la Carta de la ONU como “esencial para mantener la paz mundial, la seguridad y el estado de derecho”.
Guyana, por su parte, alertó que las tensiones territoriales y el narcotráfico amenazan directamente la estabilidad regional, pero insistió en que la respuesta debe ser colectiva. “Es esencial actuar juntos para preservar la estabilidad de una región reconocida como zona de paz”, afirmó, reiterando su compromiso con la cooperación internacional.
Rusia respaldó a Venezuela y acusó directamente a Estados Unidos de fomentar deliberadamente las tensiones bajo el pretexto del combate al terrorismo y al narcotráfico. Su representante denunció que Washington ha recurrido a acciones “pseudolegales e incompatibles con el derecho internacional”, incluyendo la destrucción de buques civiles en el mar Caribe, y rechazó la designación del Gobierno venezolano como organización terrorista como una justificación válida para el uso de la fuerza.
Otros de los países que tomaron la palabra en el Consejo de Seguridad de la ONU fueron Cuba, Brasil, Argentina, Nicaragua, entre otros.
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