
El 24 de diciembre transforma a Caracas. Desde las primeras horas del día, las calles, mercados y terminales terrestres se llenan de gente que corre contra el reloj para llegar a su destino, completar la cena navideña o conseguir ese regalo pendiente.
En los mercados popularesel ir y venir es constante: bolsas cargadas, precios que se preguntan una y otra vez, vendedores que insisten y compradores que calculan. En los terminaleslas filas y los abrazos anticipan reencuentros largamente esperados, mientras algunos parten y otros regresan para celebrar la Nochebuena en familia.
Las plazas y avenidas muestran una ciudad activa, ruidosa y vivadonde la Navidad no se vive en silencio, sino en movimiento. Entre risas, cansancio y expectativa, el caraqueño hace lo que mejor sabe: adaptarse y seguir adelanteincluso en medio de las dificultades.
Esta galería recorre distintos puntos de la capital para capturar esa postal colectiva del 24 de diciembre: la Caracas que compra, espera, viaja y se encuentra. Una ciudad que, pese a todo, sigue celebrando.
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