


El gobierno de Trinidad y Tobago confirmó que el radar instalado por Estados Unidos a finales de noviembre ya opera plenamente y que la información que genera es compartida entre ambos países.
La primera ministra, Kamla Persad-Bissessar, aseguró que las fuerzas armadas locales “tendrán acceso a estos datos”, mientras el ministro de Defensa, Wayne Sturge, precisó que “los datos se comparten”.
La puesta en marcha del sistema coincide con un amplio despliegue militar estadounidense en el Caribe, que Washington justifica como parte de sus acciones para combatir el narcotráfico. El operativo, que incluye la presencia del portaviones más grande del mundo, ha sido interpretado por Caracas como una maniobra destinada a derrocar a Nicolás Maduro y tomar control de los recursos petroleros venezolanos.
Persad-Bissessar subrayó la semana pasada que “el nuevo sistema de radar ayuda a detectar actividades que eluden las sanciones relacionadas con el petróleo crudo venezolano y a los traficantes que introducen narcóticos, armas de fuego, municiones y migrantes en nuestro país desde Venezuela”.
El radar fue instalado entre el 26 y el 27 de noviembre, coincidiendo con la llegada de aeronaves militares estadounidenses al nuevo aeropuerto de Tobago -todavía sin inaugurar- y con la visita del buque USS Gravely a finales de octubre. Además, un grupo de marines llevó a cabo operaciones de entrenamiento en el archipiélago entre el 16 y el 21 de noviembre, parte de los cuales aún permanece en el país.
Aunque ha mantenido una postura crítica hacia el gobierno venezolano, Persad-Bissessar reiteró que Estados Unidos no ha solicitado autorización para utilizar territorio trinitense como plataforma de ataque contra Venezuela.
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