- Autor, Fiona Graham
- Título del autor, bbc
Cuando la ropa no es sólo para vestirse. En principio cuida nuestra salud protegiéndonos de los elementos, pero varios inventores aspiran a que los beneficios sean mucho mayores. Varios prototipos de “prendas inteligentes”, con tecnología incorporada, aseguran poder detectar enfermedades a tiempo de ser tratados, como el cáncer o la epilepsia.
En la Antigua Grecia le decían “la enfermedad sagrada”. La epilepsia afecta a 50 millones en el mundo y es el más común de los desórdenes mentales serios, según la Organización Mundial de la Salud.
Diagnosticarlo, sin embargo, no es fácil.
Para ello, una convulsión debe ser grabada cuando el paciente está conectado a una máquina que realiza electroencefalogramas, una prueba no invasiva que permite estudiar la actividad eléctrica cerebral.
“Los síntomas de la epilepsia varían mucho y existen muchos tipos de desórdenes epilépticos que hacen que se reacciona de forma diversa a los tratamientos médicos”, explicó a la BBC Vincent Navarro, un neurólolgo del Hospital Pitie-Salpetriere de París.
“Es más, las convulsiones suceden a un ritmo irregular. Por lo tanto es raro grabar una convulsión mientras se realiza un electroencefalograma estándar, una prueba que dura entre 20 minutos y una hora”, añadió.
“Y finalmente, en un 20% de los casos este tipo de episodios se vinculan erróneamente con la epilepsia, cuando podrían tener un origen completamente diferente. La pérdida de conciencia, por ejemplo, puede tener un motivo cardíaco o psiquiátrico”.
Ante esto, el hospital parisino está trabajando en un proyecto que espera facilitar y agilizar el diagnóstico de la enfermedad.
Camiseta para detectar epilepsia
En lugar de estar conectado a una máquina por medio de una gran cantidad de cables, los investigadores franceses proponen que el paciente lleve una camiseta equipada con unos sensores biométricos.
Estos estarán conectados a una aplicación de un teléfono inteligente, que registrará los datos. Un gorro similar será de uso opcional.
“En lugar de utilizar computadoras de escritorio y forzar a los pacientes a estar en cama, podemos usar teléfonos inteligentes y conexiones inalámbricas”, señaló a la BBC Pierre Fournier, el director ejecutivo de Bioserenity, empresa que está desarrollando el sistema mencionado, llamado Wemu. .
“Es necesario grabar la actividad electrónica del cerebro, hacer un electroencefalograma. (En el caso de la epilepsia) la señal es muy difícil de captar. Suele tener un microvoltio de fuerza, frente a otras que tienen milivoltios, mil veces más potentes”, contextualizó.
“Después de registrar los datos del paciente, la información se envía, a través de una conexión de internet, a un sistema en nube (a la que varios usuarios pueden acceder desde varios puntos) para que sea analizada”.
Según Fournier, el diagnóstico no tardará en llegar: “Estará listo en días, como muchas semanas”, en lugar de años. Así, el paciente tendrá acceso a un tratamiento adecuado con más rapidez.
“La epilepsia no tiene un diagnóstico único”, matizó, sin embargo, Carol Ireland, de Epilepsy Action Australia, una organización que respalda el proyecto. “En algunos casos inhabilita gravemente a las personas que la padecen, imposibilitando una vida independiente”.
Desarrollar una tecnología de este tipo significa lidiar con marcos regulatorios complejos, señalan los responsables.
Trabajar con ropa también implica retos particulares. “La limitación la marcarán los sensores, la durabilidad de estos”, indicó a la BBC Paul Sonnier, editor del medio especializado Puesto de Salud Digital.
“Como hay que integrar los elementos electrónicos en la ropa, es necesario pensar si ésta se puede lavar, por ejemplo”.
Y por descontado, desarrollar una tecnología compleja requiere tiempo.
Sujetador contra el cancer
Hace unos 20 años que se debate en varios sectores sobre un sujetador capaz de detectar el cáncer de pecho.
Entre tanto, una compañía llamada First Warning Systems (Sistemas de Aviso Primario, en español) anunció en 2012 un prototipo de sostén que pretende utilizar la medición dinámica térmica.
Esta prenda registra la variación de la temperatura corporal, información que luego se analiza mediante algoritmos para poder detectar así tumores
A pesar del escepticismo que mostró inicialmente parte del sector, la empresa ha seguido desarrollando el sujetador.
Ahora incluye un elemento extraíble en lugar de sensores incrustados, para facilitar su uso por el sistema de salud correspondiente. También han mejorado el algoritmo de procesamiento de datos.
“Durante los ensayos clínicos nuestra tecnología fue capaz de detectar cánceres que la mamografía no diagnosticó, por ser tumores muy pequeños, por ejemplo”, explica el presidente de la compañía, Rob Royea.
Una cuarta ronda de ensayos está prevista para octubre y la empresa ya ha solicitado la marca CE, la Conformidad Europea, el certificado de que el producto cumple con los requisitos de la legislación europea en cuanto a salud, seguridad y protección del medio ambiente. Y también la acreditación de la Food and Drug Administration, para poder introducirlo en el mercado estadounidense.
Según Sonnier, es necesario educar a los consumidores acerca de los dispositivos portátiles, como el sujetador o la camiseta para diagnosticar enfermedades.
Pero también persuadir a la comunidad médica acerca de los méritos de este tipo de tecnologías. “Ese es el gran reto, ya que en el pasado los médicos no confiaban en información obtenida de esta forma”.
Ejercicio aún más saludable
OMSignal fabrica una gama de ropa inteligente para hacer ejercicio. Éste incluye sensores biométricos que miden el rendimiento y, además, proveen al usuario de un electrocardiograma.
En este caso, como en el de la camiseta que puede detectar convulsiones epilépticas, los datos recopilados van directamente a una aplicación de un teléfono inteligente. A su vez, se puede acceder a la información en un sistema de nube, para que ésta sea analizada a través de complejos algoritmos”.
Esta tecnología es más eficaz que una pulsera, asegura la compañía.
“Necesariamente usamos ropa, así que nos parece que es el mejor lugar para colocar los sensores”, afirmó Jesse Slade Shantz, el jefe médico de OMSignal.
Y contó que él mismo ha probado estas camisetas inteligentes. “Es como la ropa que usted usa día a día”.
En un principio, al médico le habían encargado investigar si existía una tecnología para reemplazar el monitor Holter, un rastreador del corazón que se puede llevar puesto.
“La idea era que, como existe un gran mercado, eso podría ser la gallina de los huevos de oro”, confesó.
Y añadió: “Pero yo sé cómo son los médicos, porque yo soy uno de ellos. Que un doctor acepta reemplazar con este tipo de tecnología a algo que usan y que les funciona es muy difícil”.
“Eso por no mencionar el hecho de que, particularmente en Estados Unidos, uno de los mayores mercados para estas tecnologías, los médicos reciben dinero por hacer que la gente lleve un rastreador de corazón Holter”, dijo.
“Así que tuvimos que ser realistas y pensar qué sería un negocio sostenible”.
Crecimiento previsto
Se espera que el consumo de los dispositivos inteligentes que puedan se vestir crecerá de 9,7 millones en 2013 hasta los 135 millones en 2018, según CCS Insight, una empresa de información sobre dispositivos y redes de conexión.
A medida que la incorporación de la tecnología a la ropa mejore y nos sintamos cómodos con la idea de que nuestra ropa interior sepa dónde vamos y cuándo, estas prendas se convertirán en la mejor manera de llevar tecnología inteligente en el día a día.
Pierre Fournier, de Wemu, confía en ello. El diagnóstico es sólo el principio. Él quiere que la tecnología diga a la gente que presencia un ataque epiléptico qué hacer.
“Y el paso final será llegar al punto en el que se puede predecir cuándo va a tener lugar una convulsión. Eso podría revolucionar la vida de los pacientes”, exclamó.
Carol Ireland, de Epilepsy Action Australia, está de acuerdo.
“En muchos países todavía hay malentendidos e incluso el estigma rodea a la enfermedad”, dijo.
“Muchas personas que tienen epilepsia se enfrentan al dilema de hacerlo público y correr el riesgo de una reacción negativa en los demás miembros de la comunidad. La depresión e incluso el suicidio son más comunes en personas diagnosticadas con epilepsia que entre la población en general” .
Frente a ello, cree que un diagnóstico preciso del síndrome y la gestión eficaz de la enfermedad son fundamentales para que los pacientes tengan una mejor calidad de vida.
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