
Ambar Bourke ya lo había intentado en otras ocasiones, pero no había conseguido superar la marca femenina establecida en 109 metros de apnea en movimiento. Sin embargo, esta vez lo ha hecho. Récord del mundo de apnea en movimiento tras recorrer 112,83 metros en el fondo de una piscina olímpica. En línea recta podríamos compararlo con el largo de un campo de futbol.
Lo ha hecho sin respirar, cargada con nueve kilos de lastre a la cintura y doblada a 90 grados. El unico contacto con el fondo de la piscina han sido sus pasteles. Pasos muy cortos y, a pesar de algunos resbalones, consiguieron mantener el equilibrio y no perder la marcha. Ida y vuelta dos veces hasta salir a la superficie.
Una vez fuera del agua los jueces del Guinness hicieron las comprobaciones oportunas y… ¡récord conseguido! Amber Bourke conseguía un nuevo logro: «El año pasado lo hice, pero no pude superar la marca establecida y este año lo he vuelto a intentar y ahora sí». Eran sus primeras palabras desde el bordillo de la piscina, nada más saber que había conseguido la hazana.
Cuenta que estar bajo el agua le da paz, pues para ella la apnea estática es muy aburrida y siempre está buscando nuevas formas de enfrentarse a los fondos acuáticos.
Cumple un sueño
Para superar esta última prueba han hecho falta muchas horas de entrenamiento tanto dentro como fuera del agua, una buena forma fisica es importante para resistir. «Siempre ha sido mi sueño, tener un Récord Guinness», analiza.
Es un favor de la lucha por la conservación de los fondos marinos y lo conseguido con el premio lo destinará a la asociación australiana para la conservación marina.
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