
Los bomberos de Los Ángeles, California, se preparaban para el regreso de nuevas ráfagas de viento peligrosamente fuertes pronosticados para este lunes (20.01.2025) y que podrían avivar los poderosos incendios que arrasan la zona o provocar nuevos focos.
Las autoridades anunciaron que los dos mayores fuegos, que han dejado 27 muertos y calcinados millas de hectáreas y barrios enteros de la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, están ya contenidos en más de la mitad.
Pero el Servicio Meteorológico Nacional advirtió que los fuertes vientos y la muy baja humedad traerían de nuevas «peligrosas condiciones meteorológicas de alto riesgo de incendio» a partir del lunes, con posibles rachas de hasta 130 kilómetros por hora.
«Este es el último… esperamos, de los eventos extremos» de ventiscas, aseguró el gobernador de California, Gavin Newsom.
Actualmente 135 camiones de bomberos y sus tripulaciones están preposicionados para hacer frente a nuevos focos junto con helicópteros y excavadoras, dijo Newsom, en medio de acusación que señalan a las autoridades de no haber estado preparadas cuando aparecieron los incendios de este mes.
Levantan órdenes de evacuación en decenas de barrios
Según un reciente informe de los bomberos, la mayor conflagración, el Palisades Fire y que ha causado la muerte de al menos 10 personas, está contenida en un 52%.
Esto ha permitido que las órdenes de evacuación se levanten este fin de semana para decenas de barrios en el oeste de Los Ángeles.
«Nuestra atención se centra en que los habitantes vuelvan esta semana, y nos estamos moviendo rápidamente para terminar los trabajos de rastreo y de rescate para que los servicios públicos se puedan restablecer de forma segura», informó la supervisora del condado de Los Ángeles, Lindsey. Horvat.
Más al este, el incendio Eaton, que provocó al menos 17 muertes en los suburbios de Altadena, está contenido en un 81%.
Allí varios evacuados se reencontraron con mascotas desaparecidas que temían muertas, como Serena Null, quien encontró a su gato Domino después de tener que dejarlo atrás mientras las llamas devoraban su residencia.
«Me sentí muy aliviada y feliz de estar aquí», contó a la AFP entre lágrimas.
jc (afp, ap)