“Soy el alcalde de un pueblo y tengo un plan genial para aumentar nuestra población”

Un alcalde de 20 años de un pequeño pueblo de Guadalajara, España, ha revelado sus ambiciosos planes para impulsar la menguante población.

Ser alcalde de una pequeña ciudad española es un papel importante que a menudo no se reconoce ni se remunera. Los datos de Hacienda revelan que aproximadamente el 40% de los 6.900 alcaldes de España no reciben un salario público, ya que consideran que su función es más bien una labor de amor por su pueblo.

Contrariamente a lo que se espera, este importante papel no siempre lo desempeñan personas mayores, a pesar de que la edad media en las ciudades rurales españolas es bastante alta. Enrique Collada, el joven alcalde de un pueblo de Guadalajara, compartió su particular historia en las redes sociales.

A pesar de su corta edad, Collada se ha marcado una enorme tarea: revertir la caída demográfica de su pueblo, El Recuenco. Según el Instituto Nacional de Estadística, a fecha de 2023, el pueblo cuenta con apenas 71 habitantes.

Esta cifra representa un marcado descenso desde los casi 750 residentes de 1930, los alrededor de 430 de 1970, aproximadamente 190 de 1990 y los menos de 100 de la actualidad.

Enrique, el alcalde de 20 años de El Recuenco, un pueblo con menos de 100 habitantes, ha ideado un ingenioso plan para involucrar a sus electores. Dijo: “¿Qué hago como alcalde de 20 años de El Recuenco, un pueblo de menos de 100 habitantes en este momento? Organizo fiestas. Muchos eventos”. A pesar de las largas horas y los desafíos que conlleva ser alcalde, Enrique ve muchas ventajas en su papel.

“Escucho y ayudo a los vecinos en los plenos y fuera de ellos. Invito a los políticos para hablarles de los problemas que tenemos y también para que conozcan el pueblo”, explica Enrique, que complementa su labor con vídeos en las redes sociales en los que muestra sus distintas iniciativas, desde charlas con vecinos de pueblos cercanos hasta servir chocolate en vasos a los vecinos.

Pero eso no es todo. “Organizo fiestas con la mejor comisión de fiestas de la provincia, y casi me atrevería a decir de España. Bailo a tope, porque está claro que hay que esforzarse. Y, por supuesto, disfruto de la vida de pueblo, que es un lujo”, añade.

A tan temprana edad, Enrique seguramente vive situaciones a las que muchos no están acostumbrados.

Muchos sintieron curiosidad por la experiencia de Enrique como alcalde, lo que llevó a una persona a preguntar: “¿Usted gana algo?”, a lo que respondió: “¡De ninguna manera! Esto lo hago por amor al pueblo. Pierdo dinero. Tengo un trabajo y debo equilibrar todo”.

Otro planteó la pregunta: “¿Tiene sentido que un pueblo de 100 habitantes tenga su propio ayuntamiento?”, a lo que Enrique respondió con una reflexión: “Buena pregunta. Tenemos que replantearnosla. Pensamos en muchos de los proyectos de la zona, que aglutinan a 10 pueblos y nos permiten prestar servicios de forma más eficiente”.

El entusiasmo del joven alcalde no pasó desapercibido; un comentarista expresó: “Me gusta ver gente joven en estos puestos”.

Otro pidió integridad, diciendo: “Espero que seáis diferentes de los corruptos que no hacen nada, por favor sed el ejemplo de cómo hacer grandes cambios”.