El mensaje del primer ministro holandés y secretario general de la OTAN, Mark Rutte, al presidente electo de Estados Unidos fue bastante directo. Fue uno de los primeros en felicitar a Donald Trump por su victoria. “Estoy deseando volver a trabajar con él para hacer avanzar la paz a través de la fuerza, a través de la OTAN”, dijo Rutte en un comunicado.
“Con la OTAN, EE. UU. cuenta con 31 amigos y aliados que contribuyen a promover los intereses estadounidenses, multiplicar el poderío norteamericano y mantener a salvo a los estadounidenses”, agregó Rutte.
Rutte es considerado un “susurrador de Trump”, alguien que sabe cómo tratar con él, cómo halagar su ego. En 2018, por ejemplo, evitó que Trump hiciera descarrilar una cumbre de la OTAN alabando el papel del presidente estadounidense a la hora de empujar a los aliados a gastar más en defensa.
Un enfoque transaccional de la OTAN
Sin embargo, no está claro hasta qué punto podría tener éxito esta vez una ofensiva de encanto. Trump ha insistido en que no cree en el valor de la alianza. Su enfoque de la OTAN es más bien transaccional.
Si bien es poco probable que Trump saque a Estados Unidos de la OTAN por completo, hay muchas formas de perjudicar a la alianza. El presidente electo podría, por ejemplo, retirar a EE.UU. UU. del mando militar.
En opinión de Ian Lesser, del German Marshall Fund, un centro de análisis transatlántico, Trump “podría complicarle la vida a la OTAN, puesto que la organización se basa en el consenso”.
¿Sacudirá Trump a la OTAN?
Si el mayor socio contribuyente de la OTAN “no está de acuerdo o tiene puntos de vista excéntricos, la gestión de las relaciones de la alianza va a ser muy difícil”, dice Lesser a DW. Esto es un gran problema, sobre todo ahora con una guerra que asola Europa.
Asimismo, Trump ha prometido poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania en veinticuatro horas. El presidente electo podría reducir el suministro de armas a Ucrania o “dar instrucciones al Ejército ya los servicios de inteligencia estadounidenses para que dejen de compartir inteligencia con Ucrania”, sostiene Jacob Kirkegaard, investigador principal del centro de análisis Bruegel, en declaraciones a DW.
La ayuda estadounidense a Ucrania ha sido crucial, observa, por su parte, Steven Blockmans, del Centro de Estudios Políticos Europeos de Bruselas. El experto duda que los europeos puedan sustituir este apoyo.
“Pese a toda la retórica en Europa sobre una mayor autonomía estratégica”, prosigue Blockmans, “la dependencia de EE. UU. ha aumentado, tanto en términos de seguridad como de comercio”.
Una posible guerra comercial con el gigante norteamericano es, sin duda, otra fuente de preocupación para los europeos, dado que Trump amenazó en campaña con imponer aranceles a todos los bienes importados del extranjero.
Más soberanía europea
¿Podrá el resultado de las elecciones estadounidenses acelerar los esfuerzos hacia una mayor autonomía y unidad de la Unión Europea? El presidente francés, Emanuel Macron, parece creer que sí. Macron señaló que él y el canciller alemán, Olaf Scholz, querían “trabajar para alcanzar una Europa más unida, más fuerte y soberana en este nuevo contexto”.
Muchos en el Parlamento Europeo parecen estar de acuerdo. “Tenemos que invertir realmente en la competitividad y la soberanía industrial y tecnológica de Europa”, dice a DW Sven Mikser, exministro estonio de Asuntos Exteriores y ahora legislador europeo.
Líderes populistas en Europa
Ian Lesser, del German Marshall Fund, se muestra escéptico: “Una cosa es hablar de autonomía estratégica en un sentido aspiracional. Otra muy distinta es operativizarla. Esto implica reconstruir la capacidad de defensa europea, algo que podría llevar muchos años”.
Actualmente, el continente europeo se enfrenta a la volatilidad económica, el declive de la competitividad y el auge del nacionalismo de derechas. Es probable que los partidos populistas nacionalistas no vean la necesidad de alcanzar una mayor autonomía.
Puede que la victoria de Trump no haya sido un gran remezón para Europa. Pero Steven Blockmans insiste en que eso no significa que el que viene “no vaya a ser un período caótico”.
(vt/cp)
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