“Gladiador”, un éxito de taquilla del año 2000, fue una epopeya monumental que recibió numerosos premios y nominaciones. Ahora, 24 años después, la secuela llega por fin a los cines de todo el mundo.
Sin duda, un gran atractivo para los aficionados es el hecho de que “Gladiador II” también fue dirigida por Ridley Scott. El cineasta británico, ahora de 86 años, fue responsable de películas de culto como “Alien” (1979), “Blade Runner” (1982) y, más recientemente, “Napoleón” (2023).
Pero, más allá de eso, las batallas de los gladiadores siguen siendo un tema de fascinación inagotable. Y, si se mira más de cerca, se pueden encontrar algunos paralelismos con el éxito de los actuales “reality shows” o programas de telerrealidad.
La gente necesita “pan y circo”
Esta cita, atribuida al poeta romano Juvenal, se refiere a cómo -por lo general- se puede mantener apaciguada a la población, siempre que se le proporcione comida y entretenimiento. En realidad, Juvenal criticaba al pueblo romano por no interesarse lo suficiente por la política, dejándose manipular mediante distracciones superficiales.
De hecho, la lucha de los gladiadores fue la “mayor herramienta política de su tiempo”, afirma el historiador y experto en gladiadores Alexander Mariotti, que vive en Roma, cerca del Coliseo.
El emperador que encargó el Coliseo, Vespasiano, tomó el poder en tiempos difíciles: Roma acababa de salir de una guerra civil y estaba sumida en la confusión. “Vespasiano era un hombre del pueblo y comprendió que necesitaba una forma de conseguir que la gente le quisiera, porque el emperador estaba básicamente en apuros”, explica Mariotti a DW. “De hecho, los romanos solían repartir grano, así que eso fue el ‘pan’. Y, por supuesto, sus ‘circos’ eran estos elaborados y caros juegos en vivo”.
La telerrealidad, ¿el “circo” moderno?
Olivia Stowell, doctoranda de la Universidad de Michigan, cuya investigación se centra en la historia de la telerrealidad, también ve un vínculo entre las luchas de gladiadores y programas como “Survivor”, en Estados Unidos. En ambos formatos, la gente compite por el placer visual de la audiencia.
Agrega bromeando que, aunque “Cámara oculta”, un programa de humor estrenado en 1948, se identifica a menudo como el primer programa de telerrealidad, “debería ampliar mi prehistoria de la telerrealidad… Debería empezar por el Coliseo”.
Llegados a este punto, se podría argumentar que los participantes en un programa de televisión suelen apuntarse voluntariamente, mientras que los gladiadores de la antigua Roma no lo hacían. Pero eso no es del todo cierto. Al principio, la mayoría de los gladiadores eran personas exclavizadas o criminales condenados a cumplir su condena en la arena. Pero, a medida que estos juegos crecían en popularidad, más gente empezó a apuntarse voluntariamente a las “escuelas de gladiadores”, que les entrenaban para convertirse en profesionales, auténticos héroes que encarnaban virtudes romanas como el valor y la fuerza.
“Sabemos que, hacia el año 75 aC, la mitad de los gladiadores eran personas libres, hombres libres. Y se les pagaba muy bien: recibían 2.000 sestersi como prima de ingreso. Para ponerlo en perspectiva, 900 sestersi fue el salario anual de un soldado romano. Así que te llevabas el sueldo de dos años de un soldado en un solo fichaje”, explica Mariotti. Era una forma fácil de ganar mucho dinero. Y hay que recordar, añade el historiador, “que en la antigüedad era mucho más difícil cambiar de estatus social que hoy en día”.
Una loteria por la fama y la fortuna
Los gladiadores sabían que se arriesgaban a morir. Pero también existía la posibilidad de hacerse ricos y famosos. “Eran los atletas más deseados sexualmente de su época”, dice Mariotti. “Se les consideraba lo más bajo de la sociedad, pero también se les admiraba mucho”.
Los concursantes de los programas de telerrealidad normalmente no se arriesgan a morir, pero también sacrifican algo a cambio, con la esperanza de conseguir fama y fortuna, dice Olivia Stowell. “La privacidad es algo importante. Y también la dignidad hasta cierto punto”. Un método clásico para crear drama, por ejemplo, es privar a la gente de sueño y proporcionarle mucho alcohol, “ese tipo de cosas, que crean la condición en la que tienes a estas personas privadas de sueño que a veces están ebrias, que también están realmente aisladas de sus sistemas de soporte vital.” Algunos ejemplos famosos son ‘The Bachelor’, ‘Survivor’ y ‘Gran Hermano’”.
Los concursantes los reality shows hablan a menudo del “mundo exterior”, porque durante el tiempo que dura la serie viven en un mundo aparte en el que dejan atrás a su familia, amigos, trabajos, comodidades y rutina – otro paralelismo con los gladiadores, que también estaban completamente aislados del resto de la sociedad.
Las luchas de gladiadores se prohibieron a principios del siglo V, pero hoy en día, las películas sobre ellas siguen atrayendo a mucha gente. La primera “Gladiador” de Ridley Scott recaudó unos 457 millones de dólares (419 millones de euros) en todo el mundo. Y se espera que la secuela obtenga un éxito similar.
(gg/rml)
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