A pesar de una orden judicial para trasladarlo a un hospital desde la prisión de Kuje –conocida por retener a criminales violentos y terroristas, incluidos miembros del grupo yihadista islamista Boko Haram–, según informes, las autoridades nigerianas se han negado a trasladarlo. En su carta a la Sec. Blinken, Haun y los demás firmantes califican el cautiverio de Gambaryan de “no sólo injusto sino inhumano” y añaden que, además de no recibir atención médica adecuada, no se le ha permitido hablar con sus abogados ni con su familia.
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