Desde primeros de noviembre de 2024, los mayores de 18 años en Alemania pueden cambiar sus datos en los registros oficiales, modificando su nombre y género, o hacer que se elimine por completo el marcador de género.
Para poder pedir estos cambios, se han eliminado los requisitos que había hasta ahora de hacer dos evaluaciones psiquiátricas y una audiencia judicial.
Los menores de edad con más de 14 años pueden hacerlo con la aprobación de los padres o mediante un recurso legal. Se trata de un procedimiento puramente burocrático sin implicaciones médicas.
Más accesible y mucho menos intrusivo.
Kalle Hümpfner, responsable de políticas de la Asociación Trans* Alemana (BVT), celebra que el reconocimiento de género sea ahora mucho más accesible y menos costoso, además de mucho menos intrusivo.
“En las evaluaciones, se obligaba a la gente a divulgar mucha información muy personal, que luego se compartía con el tribunal. Ha habido muchos informes horribles de personas que tuvieron que hablar sobre sus preferencias sexuales, sobre sus prácticas de masturbación o sobre sus elecciones. de ropa interior”.
Unas 1.200 personas en la capital, Berlín, con su floreciente comunidad LGBTIQ+, han presentado solicitudes para modificar sus documentos hasta ahora, según la agencia de prensa alemana dpa. La agencia de noticias católica KNA informa que hay un nivel similar de interés en otras grandes ciudades.
La parlamentaria alemana y mujer transgénero Nyke Slawik, que ayudó a negociar el proyecto de ley por el partido Los Verdes, elogió la ley como una reforma histórica de importancia internacional.
“Creo que es una señal de esperanza en tiempos en los que las voces populistas de derecha vuelven a hacerse oír y en los que, lamentablemente, en muchos países se está produciendo un retroceso en lo que respeta a los derechos de las personas. queer“, dijo a DW.
Richard Köhler, asesor experto de Transgender Europe and Central Asia (TGEU), afirma que la medida ha vuelto a poner a Alemania en línea con el derecho internacional de los derechos humanos y con los avances europeos de los últimos diez años. Ahora es el duodécimo país de Europa que introduce una legislación sobre autodeterminación legal de género.
“Seamos realistas, es un problema que afecta a un pequeño número de personas de una manera muy personal y respetar sus decisiones no perjudica a nadie más, pero sí defiende los valores fundamentales de dignidad y libertad que todos compartimos”, dice a DW. Köhler advierte que, en muchos otros países de la región, como Georgia o Rusia, se están prohibiendo las transiciones legales y médicas.
Facilitar la vida de una minoría marginada
Los cambios facilitan mucho la vida cotidiana práctica de las personas transgénero, intersexuales y no binarias. Si no coincide la apariencia física con los datos de la documentación oficial, pueden surgir problemas al viajar al extranjero e incluso al pagar con tarjeta de crédito.
Una vez que alguien ha solicitado cambiar su género y nombre, no se pueden realizar más solicitudes durante un mínimo de 12 meses. Los populistas de derecha han sugerido que esto va a conducir a que las personas cambien su marcador de género anual.
Alterar un certificado de nacimiento genera un enorme volumen de burocracia para cambiar los documentos oficiales, desde el permiso de conducir hasta los certificados de exámenes escolares. “Es una enorme cantidad de trabajo hacer que tus documentos coinciden y nadie lo hace solo por diversión”, dice Kalle Hümpfner, de la Asociación Trans* Alemana.
La inclusión y las políticas de género se han convertido en temas candentes en Alemania. El Gobierno de coalición de centroizquierda, formado por los socialdemócratas (SPD), los Verdes y el neoliberal Partido Liberal Demócrata (FDP) asumió el poder a finales de 2021 con la promesa de avanzar en este aspecto e incluyó el cambio de la ley en su Tratado de Coalición.
El bloque de oposición más grande, los conservadores demócrata-cristianos (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), así como el partido populista de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) se opusieron a la ley cuando se aprobó, en abril. de 2024, tras un reñido debate parlamentario en el que se añadió una serie de restricciones.
Un debate enmarcado por el miedo.
Hümpfner lamenta que la ansiedad y el miedo a los fraudes de ley hayan enmarcado el debate. “Una y otra vez durante todo el proceso legislativo se han olvidado de que se trata de los derechos básicos de un grupo marginado y aún muy desfavorecido”.
Una preocupación que surgió durante los debates en torno a la aprobación del proyecto de ley fue sobre la posibilidad de que las mujeres transgénero utilicen centros de acogida para mujeres maltratadas.
La Asociación de Refugios para Mujeres (FHK) dijo al periódico alemán Tagesspiegel que esto no tenía fundamento: “No conocemos un solo caso entre nuestros miembros de mujeres transgénero que hayan hecho un mal uso de una casa de acogida o se hayan vuelto violentas allí, y eso a pesar de que las mujeres transgénero han estado utilizando estos refugios regularmente durante muchos años y han encontrado protección en ellos sin mayor problema”.
Richard Köhler también considera que la forma en que se manejó la cuestión ha envenenado el debate público y polarizado a la población. Según él, las personas en la comunidad transgénero están viviendo una creciente confrontación, y llega incluso a hablar de acoso. “Estamos viendo un ataque orquestado contra la democracia, contra la igualdad, contra la diversidad en nuestra sociedad. Y es deliberado, está orquestado y está fuertemente financiado”.
Köhler asegura que las personas trans son blancos fáciles porque constituyen una minoría muy pequeña.
El miedo de las mujeres está siendo instrumentalizado
Beate von Miquel, presidenta del Consejo Nacional de Organizaciones de Mujeres Alemanas (DF) e investigadora de género, explica a DW que el tema está siendo instrumentalizado políticamente y se ha convertido en parte de una guerra cultural por parte de grupos de ultraderecha que no son precisamente conocidos por su defensa de los derechos de las mujeres. “Es realmente amargo para el movimiento de mujeres que esto se haya convertido en un tema muy divisivo. No deberíamos permitir que nos dividan”, agregó.
Von Miquel, cuya organización representa a 60 asociaciones y grupos de mujeres, advierte que la comunidad trans y las organizaciones de mujeres no deben enfrentarse entre sí. “Existe la preocupación de que la categoría de mujer o mujeres desaparezca y que ya no se trate de mujeres”, añadió Miquel. “Seguiremos siendo el Consejo Alemán de Mujeres. Pero debe haber más libertad, diversidad e individualidad, hay más de una manera de vivir el género y de ser mujer”.
(lgc/ms)
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