El parlamento de Turquía cayó en el caos el viernes después de que un miembro de un partido de oposición llamara al partido del presidente Recep Tayyip Erdoğan una “organización terrorista”.
Un miembro del partido de Erdoğan se acercó a Ahmet Sik, quien está en el mismo Partido de los Trabajadores de Turquía que un delegado que se cree fue encarcelado por razones políticas, y lo atacó después de que Sik hiciera la afirmación de “terrorista”.
“No nos sorprende que llaméis terrorista a Can Atalay, igual que hacéis con todos los que no están de vuestro lado”, dijo Sik en su discurso. “Pero los mayores terroristas son los que están sentados en estos asientos”.
Pronto, docenas de legisladores se unieron a la escaramuza, algunos lanzando puñetazos y papeles y otros tratando de detener la pelea.
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Una legisladora fue golpeada y el podio parlamentario se salpicó de sangre.
“Es una situación vergonzosa”, dijo a The Associated Press Ozgur Ozel, que encabeza el Partido Republicano del Pueblo, el mayor partido de la oposición. “En lugar de palabras, vuelan puños. Hay sangre en el suelo. Están golpeando a mujeres”.
La Gran Asamblea Nacional Turca había estado debatiendo sobre Can Atalay, quien fue elegido diputado parlamentario en mayo de 2023 mientras estaba encarcelado por su papel en las protestas antigubernamentales de 2013.
Atalay, quien fue sentenciado a 18 años de prisión en 2022 por las protestas que desafiaron el gobierno de Erdoğan, quiere cumplir su mandato en el Parlamento y dijo que volvería a prisión después.
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Estar en el Parlamento le daría inmunidad procesal.
En un fallo del 1 de agosto, el Tribunal Constitucional dijo que la decisión de no permitir que Atalay ocupara su escaño en el Parlamento era “nula y sin valor” después de que el Parlamento lo despojara de su escaño.
Fue el tercer fallo del Tribunal Constitucional a favor de Atalay, pero los tribunales inferiores han estado ignorando sus fallos.
Grupos internacionales de derechos humanos han calificado el encarcelamiento y la condena de Atalay y otros, incluido el filántropo Osman Kavala, de arbitrarios y con motivaciones políticas.
“La libertad y seguridad personal de Atalay, así como su derecho a ser elegido, que el Tribunal Constitucional dictaminó que fueron violados, deben ser restaurados”, dijo el viernes la oficina de Amnistía Internacional en Turquía en una publicación en las redes sociales.
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El Parlamento reabrió sus puertas tres horas después y Sik y el legislador que lo atacó fueron reprendidos por el presidente del Parlamento.
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