El iPhone 16 se parece más a sus hermanos mayores que su antecesor. Estrena dos botones físicos adicionales, un procesador mucho más potente y una función muy llamativa que permite modificar el audio de los vídeos. A diferencia del año pasado —cuando los iPhone 15 tenían un procesador que era una generación más antigua que el iPhone 15 Pro—, ahora el modelo básico de la gama alta de Apple se parece más que nunca a los modelos Pro.
Este terminal, cuyo precio parte de los 959 euros, tiene sin embargo algunas limitaciones. Se echa en falta una mejora significativa en su cámara gran angular y deja a los usuarios con las ganas de probar el esperado sistema de inteligencia artificial generativa de Apple, que no llegará a la Unión Europea al menos hasta 2025. EL PAÍS ha hecho una prueba intensiva del terminal, que aspira a convertirse en el mejor móvil de Apple en relación calidad-precio. Estos son sus pros y sus contras.
Lo mejor
Potencia a largo plazo
El iPhone 16 lleva dentro de un procesador, el A18, que salta dos generaciones con respecto al modelo de 2023. Cualquier tarea en este dispositivo ocurre de forma rápida, eficiente y fluida: desde navegar por Internet a responder correos electrónicos, jugar, hacer streaming o editar vídeos. Apple ha preparado este procesador tan potente para las futuras funciones de Apple Intelligence, el sistema de inteligencia artificial de Apple que se estrena este mes de octubre en EE UU, pero que no llegará a la Unión Europea al menos hasta 2025.
Un botón de acción personalizable.
En su apariencia externa, este móvil cada vez comparte más características con los modelos Pro. De hecho, incorpora el botón de acción que el año pasado era exclusivo de los iPhone 15 Pro y que sustituye a la palanca de silencio. Se encuentra encima de los botones de volumen y se puede usar para silenciar el móvil, activar la linterna o abrir una aplicación determinada como la cámara, la grabadora o las notas. Es un avance importante que Apple haya dado versatilidad a este botón. Aunque, para muchos usuarios, puede que no resuelva un problema específico y simplemente lo usen para activar el modo silencio, otros aprovecharán los atajos para abrir sus aplicaciones más utilizadas sin tener que buscarlas entre pantallas.
Una paleta de colores más atrevida.
El iPhone 16 tiene las mismas dimensiones que el iPhone 15 y pesa 170 gramos, frente a los 171 de su antecesor. Es perfecto para quienes prefieren sostener el móvil con una sola mano. Si bien mantiene un diseño continuista, ahora las dos cámaras están colocadas verticalmente en el módulo trasero para capturar vídeo espacial. Pero si hay algo que a primera vista llama la atención de estos iPhone, es que estrenan unos colores más atractivos. Frente a los más apagados y elegantes de los modelos Pro, ya los tonos claros y pasteles del iPhone 15, el iPhone 16 está disponible en los más vibrantes rosa, verde azulado y azul ultramar, además de en los clásicos blanco y negro.
Adiós al ruido de fondo en los vídeos
Una de las nuevas funciones más impresionantes de los nuevos iPhone es la mezcla de audio. Esta función permite modificar el audio de un vídeo entre tres modos diferentes: en pantalla, estudio y cine. El primer modo se centra en lo que aparece en la pantalla y baja cualquier otro sonido; el segundo, ofrece un toque de estudio, y el tercero, intenta recrear un ambiente cinematográfico. En las pruebas realizadas por EL PAÍS, ha sido posible eliminar casi por completo el ruido de una aspiradora o el viento de fondo, además de dar protagonismo a la voz de una persona. Si bien los resultados son espectaculares, la voz puede distorsionarse si se aplica un efecto muy pronunciado.
Lo peor
Un control de cámara que no acaba de convencer
El terminal también estrena el control de cámara. Este botón está situado en la parte inferior del lateral derecho. Permite sacar fotos con una pulsación o grabar vídeo al dejarlo pulsado. Además, tiene diferentes funciones según la fuerza con lo que lo presionas o si arrastras el dedo por encima: de hacer zoom a cambiar los estilos fotográficos o activar el modo retrato. Este control de cámara es muy preciso al reconocer los gestos del usuario. Pero le pasa lo mismo que al del iPhone 16 Pro Max: no resulta del todo cómodo, especialmente para hacer fotos en vertical, y no parece solucionar ningún gran problema.
El gran angular se queda corto
El iPhone 16 tiene una cámara principal de 48 megapíxeles y un gran angular de 12 megapíxeles que ahora puede realizar fotografías macro —antes esta función estaba reservada solo a los modelos Pro—. Las fotos con el sensor principal son realistas, nítidas y con un buen rango dinámico, tanto de día como de noche. No se puede decir lo mismo del gran angular. En general, cumple de día y en condiciones con buena luminosidad. También son buenos los resultados con el modo macro. Pero esta lente tiene bastante margen de mejora de noche y con poca luz. En este caso, se echa en falta un mayor nivel de detalle, especialmente en las esquinas y en las sombras, que salen muy difuminadas.
Una tasa de refresco difícil de justificar
La pantalla OLED del iPhone 16 mantiene las 6,1 pulgadas y puede alcanzar hasta los 2.000 nits de brillo. En el día a día, esto se traduce en colores muy intensos y un contraste adecuado, tanto en interiores como en exteriores en días soleados. No obstante, aún tiene margen de mejora. La tasa de refresco se mantiene en los 60 hercios, en vez de llegar a los 120 que alcanzan desde hace años otros móviles de la competencia. Cuanto mayor es la tasa de refresco, más fluidos se sienten los movimientos y transiciones entre pantallas. Esto no quiere decir que el móvil se ralentice o la experiencia sea negativa. De hecho, es posible que algunos usuarios ni siquiera perciban la diferencia. Aún así, parece difícil de justificar no llevar los 120 hercios a un teléfono que supera los 1.000 euros en cuanto se escoge una capacidad de almacenamiento superior a los 128 gigas de partida.
¿Dónde está la IA generativa?
Móviles como los Pixel de Google llaman la atención tras año por sus innovaciones de inteligencia artificial. A Apple le ha costado introducirse en este ámbito y aún tiene mucho camino por recorrer. El pasado mes de junio, la multinacional tecnológica anunció que llevaría la IA generativa a los modelos más modernos de los iPhone con el objetivo de agilizar las tareas cotidianas. El anuncio dejó una sensación agrícola: el sistema Apple Intelligence solo sería para los iPhone 15 Pro y superiores; y, de entrada, solo llegaría en inglés. Las noticias fueron aún peores para los residentes de la Unión Europea, que tendrán que esperar al menos hasta 2025. En ese año estará disponible en español, pero no está claro si su llegada a España se retrasará aún más debido a la necesidad de Apple de Adecuar estas novedades a la normativa comunitaria europea de la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés).
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