- Autor, Kim Gittleson
- Título del autor, bbc
La escritora estadounidense Susan Sontag dijo alguna vez: “Nada es misterioso, ninguna relación humana. Excepto el amor”.
Markus Frind, fundador y jefe de Un montón de pescado (POF), el sitio web y aplicación de citas más grande del mundo, discrepa.
Según él, “aunque a la gente le gusta pensar que todos somos únicos e individuales, en lo que respeta a encontrar pareja ya las relaciones, sigue una serie muy común de patrones”.
“Casi 70% del tiempo somos capaces de predecir exactamente con quién vamos a terminar en una relación”.
La capacidad de POF de hacer coincidir a parejas adecuadas ha ayudado a atraer a más de 70 millones de usuarios registrados en todo el mundo, conducir a millones de relaciones exitosas y -según Frind- jugar un papel en la creación de al menos un millón de bebés.
Entonces, ¿cómo pudo Frind, quien aún es dueño del 100% de la compañía canadiense que fundó en 2003, resolver el acertijo del corazón humano? Con datos, por supuesto.
En la elegante sede de POF, en el último piso de un rascacielos de Vancouver, decenas de pantallas de televisión muestran tablas y gráficos que supervisan en tiempo real los millones de mensajes que los usuarios envían cada minuto en el sitio.
Esos mensajes forman la columna vertebral de la cantidad masiva de datos que recolecta la empresa, la cual rastrea a quién le envían mensajes los usuarios, con quién salen del sitio y, por supuesto, si regresan y cuándo.
Con todos estos datos a la mano, POF puede sugerir rápidamente a gente con ideas similares o “coincidencias” a nuevos usuarios que llenen cuestionarios detallados sobre sí mismos al unirse al sitio.
Al animar a los usuarios a participar en una prueba gratuita de personalidad, se reúnen datos complementarios de ellos y su compatibilidad con otros.
Unirse es gratis
Aunque es menos conocido que sus competidores como Match.com y eHarmony, POF tiene más de 2.000 millones mensuales de páginas vistas, por encima de cualquier otro sitio de citas en términos de tráfico.
Para conseguir sus gigantescos números de usuarios, POF tiene una ventaja significativa sobre sus rivales: unirse es gratis y sus funciones básicas son gratuitas.
En vez de ganar la mayor parte de su dinero en cuotas de suscripción, como sus mayores rivales, la compañía se enfoca en recaudar fondos con avisos publicitarios en el sitio.
Y mientras que los detalles financieros de POF no están disponibles al público, se calcula la riqueza personal de Frind en unos US$200 millones.
No hay nada malo para un sitio que Frind construyó originalmente sólo para aprender un nuevo lenguaje de programación informática, ASP.net.
“Nunca quise crear un negocio; lo que deseaba era mejorar mi currículum”, comenta.
Escogio el nombre Un montón de pescado -un guiño a la frase “hay un montón de peces en el mar”- por desesperación: aparentemente todos los otros nombres de dominio de sitios de citas ya estaban tomados.
Graduado del Instituto de Tecnología de Columbia Británica con un diploma en sistemas informáticos, Frind afirma que escribió el código para el sitio en menos de dos semanas, en febrero de 2003, y casi inmediatamente lo vio inundado de usuarios.
Para julio de ese año -después de colocar avisos publicitarios de Google AdSense en la página- estaba ganando millas de dólares mensuales.
Eso fue suficiente para convencerlo de que quizás ya no necesitaría su currículum.
“Solo una fórmula”
Frind dice que hizo que gran parte del sitio fuera gratis porque era más fácil de operar como negocio unipersonal si no tenía que preocuparse de procesar pagos.
De ese modo, se podía enfocar en agregar funciones, mejores fotos y, por supuesto, lograr que los usuarios encuentren a sus parejas. Asegurarse de que los usuarios, especialmente las mujeres, tuvieran una experiencia positiva, era la única manera de garantizar el éxito y, en sus palabras, “viralidad”.
“Fue sólo una fórmula: conseguir la mayor cantidad posible de usuarios y, si hacían suficientes conexiones, se hacían automáticamente virales en diferentes ciudades”, explica.
Pero a diferencia de otros tipos del Valle del Silicio, justo cuando el sitio se disparó -ganando millones de usuarios en Canadá, Estados Unidos y Australia en pocos años- Frind decidió trabajar menos, no más.
No contrató a ningún empleado los cinco primeros años y solía tomarse semanas enteras para recorrer el mundo.
En un año, justo después de fundar el sitio, viajó a 28 países.
“Sólo hay unas horas en el día en las que uno es realmente productivo”, señala.
Incluso hoy en día, trata de no trabajar más de cinco horas diarias.
Ver crecer la hierba
Frind hizo crecer el sitio a 15 millones de miembros, y los ingresos, por más de US$10 millones en 2008, antes de finalmente decidir que necesitaba ayuda.
“Había demasiadas presiones y cosas que me llegaban”, recuerda. “Era como el momento de empezar una compañía”.
Hoy, POF tiene más de 60 empleados. Y los usuarios ahora pueden pagar para tener acceso a contenido de primera calidadcomo saber si alguien ha abierto o borrado uno de sus mensajes.
Y mientras el crecimiento del negocio parece haber sido logrado sin contratiempos, Frind indica que la transición de los usuarios a los teléfonos celulares durante los dos últimos años ha sido uno de los desafíos más grandes de la compañía, por lo que ha requerido enfocarse más en su plataforma de aplicaciones para teléfonos.
Con todo y eso, el empresario señala que actualmente pasa ligeramente menos tiempo en la oficina, para poder arreglar una finca que compró con su esposa (a la que conoció en el mundo real), y no tiene intenciones de venderle la empresa a ninguno de los muchos inversionistas que han expresado su interés.
“No tengo otros planos; hacer cualquier otra cosa sería tan aburrido como ver crecer la hierba”, concluye.
Comments are closed.