El tiempo de Deshaun Watson con los Cleveland Browns ha sido, en el mejor de los casos, tumultuoso.
Fue traspasado de los Houston Texans a los Browns en medio de casi dos docenas de acusaciones de agresión sexual en su contra. Firmó una extensión de contrato por cinco años y $230 millones al unirse a los Browns y solo logró jugar 12 juegos para los Browns debido a una suspensión y lesiones.
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El martes, Watson pareció aceptar los rumores que lo rodeaban y lo atribuyó a que era un “buen” jugador.
“No lo veo de forma negativa, no lo veo de mala manera”, afirmó. “Sabes, todos y cada uno de los fans, todos y cada uno de los medios de comunicación, quieren verme en un nivel en el que soy capaz de hacerlo. Entonces, ese es el estándar. Así que tengo que asegurarme de cumplirlo. Entonces, no es algo malo. No es nada de eso. No me involucro con personas que intentan calificarme en lugares donde piensan que estoy al final de la lista, ya sabes, es lo que es.
“Si estuviera abajo, nadie hablaría de mí. Así que obviamente, si alguien habla de mí y continúa hablando de mí, entonces debo ser bastante bueno”.
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El éxito de los Browns dependerá del juego de su mariscal de campo, especialmente con el estatus de Nick Chubb para comenzar el año en el aire.
Por el dinero que el equipo invirtió en Watson, la organización necesitará un retorno en el campo. Eso significará jugar más de seis partidos.
Cleveland terminó 11-6 el año pasado y otorgó extensiones de contrato al gerente general Andrew Berry y al entrenador en jefe Kevin Stefanski.
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Ahora, le corresponde a la ofensiva jugar tan bien como lo ha hecho la defensa en los últimos años.
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