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El llamado saneamiento general de Deutsche Bahn (DB) incluye 40 obras de construcción y tiene como objetivo que los trenes vuelvan a funcionar a tiempo hasta 2030. A principios de verano, el ministro de Transportes, Volker Wissing, habló del “mayor programa de reformas y modernización de las últimas décadas”.
¿Pesadilla en vez de nuevo comienzo?
Pero la planeada resurrección del ferrocarril alemán podría convertirse en una pesadilla. Con la ruptura de la coalición gobernante y las nuevas elecciones a finales de febrero, los planos de reestructuración, o mejor dicho, los planos de financiación, también se tambalean.
El presidente del sindicato de ferroviarios EVG, Martin Burkert, advirtió que, sin presupuesto, faltaría mucho dinero para la reforma general. “Ahora están en juego años de planificación para finalmente poner al día la infraestructura y mejorar la puntualidad y la capacidad de la red”, dijo Burkert a la agencia alemana de prensa DPA.
El maquinista Tyler Bosselman conduce todos los días por Fráncfort con un tren regional de propulsión eléctrica: “Es como en un casino. No tienes la garantía de llegar a tiempo durante las horas punta”.
Sobre todos los frecuentes retrasos de los trenes de larga distancia arruinan la puntualidad de Bosselman. En Alemania, casi uno de cada tres trenes de larga distancia llega tarde. Sin embargo, los trenes interurbanos (IC) e interurbanos exprés (ICE) suelen tener prioridad. Por esta razón, el joven maquinista tiene entonces que esperar en una vía muerta hasta que los trenes de larga distancia lo adelanten. “Puedo apuntar en mi agenda el día en el que llego a la Estación Central de Frácfort sin haber reducido la velocidad”, afirma Bosselman.
Otros países invirtien mucho más en las vías del tren.
La magnitud de la falta de reformas no sólo se refleja en la impuntualidad. La red ferroviaria se ha reducido significativamente en las últimas décadas, a pesar de que ha aumentado el número de mercancías y pasajeros. Tyler Boselman ve las ruinas de la historia de DB todos los días. Habla de vías en desuso, cubiertas de musgo y oxidadas: “Con unos pocos euros se pueden activar y permitir muchos más desplazamientos”.
En comparación con otros países, Alemania invierte relativamente poco en su red ferroviaria. Según la Alianza Pro-Rail, 115 euros al año por habitante. Los países con transporte ferroviario mucho más puntual, como Austria o Suiza, invierten entre tres y cuatro veces más.
La persistente falta de financiación es evidente. El Tribunal Federal de Cuentas también ha declarado que DB necesita una reestructuración. El propietario de Deutsche Bahn, es decir, la República Federal de Alemania, “no ha sabido responder a importantes cuestiones de política ferroviaria durante tres décadas”.
¿Se cancelará la reforma general?
Si el presupuesto para 2025 se retrasa cada vez más debido a la ruptura de la coalición gubernamental, algunos proyectos estarán en peligro. Entre 30 y 50 mil millones de euros deberían fluir del Gobierno alemán a DB en los próximos tres años, según los cálculos.
El experto en ferrocarriles Christian Böttger, de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín, aseguró a DW que los fondos se mantendrán: “La cancelación (de las reformas ferroviarias) por parte de un nuevo Gobierno me parecería políticamente muy improbable, pero el ya amenazado aplazamiento de proyectos de construcción es, por supuesto, una catástrofe.”
El joven maquinista Bosselman no está muy preocupado por las nuevas elecciones: “El ferrocarril alemán seguirá recibiendo dinero, somos parte de la infraestructura crítica”, dice. Sin embargo, “en Alemania, la carretera siempre ha tenido prioridad sobre el ferrocarril y, por eso, tengo la sensación de que están haciendo recortes en los servicios ferroviarios”.
Pero Bosselman quiere tener una actitud positiva: “Si miras la política actual, hay mucha energía negativa y no quiero contagiarme. Siempre hay algo en lo que creer”. Él quiere cambiar una base de datos desde dentro. A finales de año completará su maestría en transporte ferroviario: “Esto podría abrirme las puertas para asumir un papel de liderazgo”.
(rmr/rml)
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