Cómo se rompió la coalición del gobierno alemán – DW – 11/06/2024

“Con demasiada frecuencia, los acuerdos necesarios quedaban ahogados por disputas puestas en escena públicamente y ruidosas exigencias ideológicas. Demasiado a menudo, el ministro federal Lindner ha bloqueado leyes. Demasiadas veces ha incurrido en mezquinas tácticas partidistas, demasiadas veces ha quebrantado mi confianza”. La profunda frustración del Canciller Olaf Scholz quedó patente cuando anunció oficialmente la destitución del ministro Federal de Finanzas, Christian Lindner, a las 21.15 horas “Como Canciller Federal, no puedo tolerar esto”, dijo.

En los últimos tres años, en los que han gobernado el SPD, los Verdes y el FDP, Scholz ha hecho repetidas sugerencias sobre “cómo una coalición de tres partidos diferentes puede alcanzar buenos acuerdos”, según dijo. A menudo ha sido difícil y “a veces me ha llevado al límite de mis convicciones políticas”.

Fracasó sobre todo por el dinero

Hubo un día en que la primera alianza tripartita de la historia de Alemania se tambaleó tanto que ya no pudo estabilizarse.

El 15 de noviembre de 2023, el Tribunal Constitucional alemán declaró parcialmente inconstitucional la política presupuestaria del gobierno federal, encabezada por el canciller Olaf Scholz. Fue el día en que la coalición de socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP) perdió la base financiera de su gestión.

En concreto, el máximo tribunal se negará a que se utilicen cerca de 60.000 millones de euros. Durante la pandemia, el Bundestag había aprobado tomar créditos para combatir los efectos del COVID, pero no se gastó todo el dinero. El gobierno decidió entonces destinar los 60.000 millones de sobrantes al financiamiento de su política climática y energética. Pero ese cambio de finalidad resultó ser inconstitucional.

Ese fondo especial, que no era parte del presupuesto federal, era lo que había permitido superar las honda diferencias entre los liberales, que prometieron en campaña sanear el presupuesto, y los socialdemócratas y verdes, que requerían fondos para la política social y la protección del clima. Era la base financiera de la coalición, porque permitía el ahorro presupuestario y, al mismo tiempo, financiar los proyectos sociales y climáticos.

Cristian Lindner.
El ministro de Hacienda, Christian Lindner, juró su cargo en diciembre de 2021.Imagen: JOHN MACDOUGALL/AFP

Metas y desafíos

Las metas eran ambiciosas: se aspiraba a convertir a Alemania en precursora de la defensa el medio ambiente y se planeaba construir 400.000 viviendas. Se quería modernizar el Estado social, aumentar el sueldo mínimo e incrementar, entre otras cosas, los gastos en investigación y desarrollo.

Al comienzo, todo parecía funcionar bien. No escasearon los buenos propósitos. Pero la promesa de discutir las diferencias en forma confidencial y presentar a la opinión pública sólo las soluciones encontradas no se mantendrán en pie ni cien días. Hay que reconocer, eso sí, que nunca antes una coalición de gobierno se había visto confrontada con desafíos tan contundentes: la pandemia resurgió, Rusia invadió Ucrania, los suministros de gas y petróleo se interrumpieron y Alemania cayó en una crisis energética.

El tono se fue volviendo más hosco entre los socios de gobierno, las rivalidades quedaron a la vista y la controversia fue opacando cada vez más el trabajo gubernamental. La ciudadanía lo castigó con una baja en la aprobación. La pérdida de imagen fue enorme. La coalición se convirtió en el gobierno más impopular en la historia de la República Federal de Alemania.

Las pugnas estaban dominadas por el tema del dinero. SPD y verdes se resistían a mantener el freno al nuevo endeudamiento, en vista de la larga lista de necesidades que planteaba la guerra de Ucrania, como la ayuda financiera y militar para Kiev, la acogida de refugiados y la urgencia de reequipar al ejército alemán. Pero los liberales no cedieron y mantuvieron sus exigencias de ahorro.

Debacle en las elecciones regionales

Las negociaciones sobre el presupuesto para 2025 terminaron en que se envió al Bundestag un borrador con un hueco cercano a los 12.000 millones de euros, que no estaban cubiertos.

Paralelamente tuvieron lugar en septiembre de 2024 elecciones regionales en el este de Alemania. Nunca los partidos gobernantes a nivel federal habían obtenido tan malos resultados como el SPD, los Verdes y el FDP en Turingia y Sajonia. Solo en Brandeburgo, el SPD logró recuperarse. Los liberales fueron pulverizados en esos tres estados federados.

Tras dichos comicios, cada uno de los partidos de la coalición trató de ganar perfil. Los acuerdos necesarios ya no fueron posibles de lograr.

(ers/gg)

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