El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha cedido a la presión de los manifestantes y de los países vecinos y ha pedido una auditoría de las recientes elecciones presidenciales mientras continúa enfrentándose verbalmente con líderes rivales como el argentino Javier Milei.
“El fraude llevado a cabo y perpetrado por el dictador Nicolás Maduro no es nada menos que una victoria pírrica”, dijo Milei en un video publicado en TikTok, según una traducción de The Wall Street Journal. “Puede creer que ha ganado una batalla. Sin embargo, lo más importante es que los leones venezolanos han despertado, y tarde o temprano el socialismo llegará a su fin”.
Maduro pidió el miércoles al Tribunal Supremo de Justicia del país que realice una auditoría de las elecciones, en respuesta a las afirmaciones de la oposición de que había ganado las elecciones y a las denuncias internacionales de que las elecciones no fueron justas ni libres. Maduro dijo a los periodistas que su partido tenía las actas electorales y estaba dispuesto a compartirlas, informó The Associated Press.
“Las graves dudas surgidas en torno al proceso electoral venezolano pueden llevar a su pueblo a una profunda polarización violenta con graves consecuencias de división permanente”, escribió el presidente colombiano, Gustavo Petro, en la red social X.
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“Invito al gobierno venezolano a permitir que las elecciones concluyan en paz, permitiendo un escrutinio transparente, con el conteo de votos, y con la supervisión de todas las fuerzas políticas de su país y una supervisión internacional profesional”, agregó Petro.
Las protestas antigubernamentales continuaron en los días posteriores a las elecciones, que el Consejo Nacional Electoral controlado por Maduro entregó al presidente en el poder con un supuesto margen de victoria del 51%, en comparación con el 44% de apoyo a la oposición.
Sin embargo, las encuestas preelectorales (que son ilegales en el país) mostraron que el candidato opositor Edmundo González tenía el doble de apoyo que Maduro y su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Los venezolanos salieron a las calles en protestas pacíficas, pero Maduro envió a la policía para reprimirlos y despejar las calles, lo que provocó enfrentamientos violentos y una escalada de la violencia. Los manifestantes derribaron estatuas de Hugo Chávez para expresar su ira por el resultado y el supuesto fraude.
MADURO EN VENEZUELA ENFRENTA UNA CRISIS POLÍTICA: SUS RIVALES AFIRMARON QUE LAS ELECCIONES SON A PRUEBA DE FRAUDES Y LA POLICÍA RETIRÓ LAS PROTESTAS
El Centro Carter, una organización sin fines de lucro fundada por el expresidente Jimmy Carter para promover los derechos humanos, determinó que las elecciones de Venezuela “no cumplieron con los estándares internacionales de integridad electoral y no pueden considerarse democráticas”.
“El Centro Carter no puede verificar ni corroborar los resultados de la elección declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), y la omisión de la autoridad electoral de anunciar los resultados desagregados por mesa de votación constituye una grave violación de los principios electorales”, escribió el centro en un comunicado.
“La elección se desarrolló en un ambiente de restricciones a las libertades de los actores políticos, las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación”, añadió el centro. “A lo largo del proceso electoral, el CNE demostró un claro sesgo a favor del presidente en el poder”.
Maduro asumió el cargo por primera vez en 2013 como sucesor elegido personalmente por Chávez, pero muchos dentro y fuera del país han alegado desde el principio que el PSUV ha gobernado efectivamente como una dictadura, lo que llevó a los partidos de oposición a boicotear las elecciones de 2018 antes de decidir unirse detrás de González en la elección más reciente.
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Milei fue uno de los primeros líderes regionales en calificar la victoria de “estafa electoral” y a Maduro de “fraude”, mientras otros países, incluido Chile, exigieron que Maduro publicara pruebas de su victoria, como el desglose distrito por distrito de los recuentos de votos, todo lo cual Maduro ha ignorado, lo que ha provocado más protestas.
Maduro respondió a las declaraciones de Milei insultándolo, llamándolo “bicho cobarde”, “traidor a la patria” y “fascista”, y desafiando a Milei a una confrontación directa, diciendo: “No podrías soportar un round contra mí”, informó el Buenos Aires Herald.
Un oficial de inteligencia militar vestido de civil, que no se identificó, dijo a los periodistas que el país está “en guerra” y que cualquier esfuerzo por faltarle el respeto a Chávez era ofensivo para millones de venezolanos que veneran al ex paracaidista del ejército e ícono antiimperialista.
Maduro dijo que varias personas habían sido arrestadas en los ataques, que comparó con las imágenes de las revoluciones impulsadas por Estados Unidos en los estados postsoviéticos, incluidos Ucrania y Georgia.
“¿Qué tienen en la cabeza estas personas? ¿En el corazón?”, preguntó Maduro en un discurso televisado el lunes por la noche, en el que difundió imágenes de algunos de los ataques. “Imagínense si un día llegan al poder aquí, de lo que serían capaces”.
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El fiscal general Tarek William Saab también emitió órdenes de arresto contra González y la líder opositora María Corina Machado, acusándolos de atacar el sistema electoral sin “pruebas”, según Voice of America.
Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, también pidieron la detención de los dirigentes de la oposición, acusándolos de perpetuar una “conspiración fascista”.
La Associated Press contribuyó a este informe.
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